ATERRIZÓ en Estados Unidos el día de su cumpleaños, un 12 de julio de hace solo cinco años, y es el vivo ejemplo del sueño americano. En apenas dos años y medio ha conseguido siete premios Emmy, los galardones anuales de la industria de la televisión estadounidense. Porque desde pequeña, Begoña Sevilla siempre soñó con trabajar en Estados Unidos. Además se empeñó en ser reportera desafiando a su madre: “No, periodista no, que luego vas a la guerra”, le decía. Pero esta fan de Informe Semanal, que estudió en la UPV y ha pasado por medios tan dispares como TVE, Antena 3, y también Radio Euskadi, ha logrado que le reconozcan la excelencia periodística en la pequeña pantalla, mientras hace patria y presume de bilbainismo.

Superextrovertida y positiva, Begoña Sevilla ha trabajado en USA en medios en español como Univisión o La Voz de América. Y su labor le ha valido siete Emmys, uno a la mejor presentadora; otro a la mejor reportera en la costa Oeste; otro al mejor reportaje de salud por Leche materna, negocio en auge, y otro más por la cobertura en la masacre en Orlando. Más tarde, ha ganado otros tres más en la costa Este por sus trabajos en Washington DC. Ahora está enfocada en lograr su octavo Emmy en inglés. Porque su reto es trabajar en este idioma. Por ello practica mucho, y parece nacida casi en Connecticut, donde actualmente reside.

Begoña Sevilla es una basauritarra que tiene la constancia y la determinación como ejes vitales. “En Estados Unidos se puede conseguir de todo si le echas ganas. Hay que pensar siempre que sí se puede. Si te caes, te levantas. Y por muchos muros que quieran construir, con talento y ganas, todo se puede lograr”. Porque alzarse con un Emmy no es fácil y Sevilla confiesa que ha tenido barreras para obtener un trabajo por el idioma. “Yo llegué allí pensando que sabía inglés, pero al principio me frustraba mucho y hasta que no pasaron siete meses y empecé a soñar en inglés no paré”, afirma asegurando que ha estudiado más de ocho horas al día. “Tienes que acostumbrarte a la lengua, a los acentos, a la comida, a las formas y a su estilo para poder encajar. Porque cada estado es distinto. Son como pequeños países”.

Su objetivo pasa por estar delante de una cámara en inglés. “Los salarios pueden llegar a ser un 40% superiores”, precisa. Y quiere hacer un reportaje sobre las armas. “Sobre todo sobre la AR-15 porque la mayoría de las personas que cometen los tiroteos usan este fusil de asalto”, afirma esta periodista llena de registros y matices.

Embarcada también en obtener la Green Card, la tarjeta de residencia permanente en Estados Unidos, no se cansa de pelear la vida a tope. “Yo venía de una familia humilde, estudié en la universidad gracias a las becas del Gobierno vasco, e hice un máster de TVE porque me ayudaron a pagarlo. Sin embargo, ahora estoy viviendo el american dream”, asegura esta vizcaina, convencida de que con esfuerzo y dedicación no existen imposibles.

Después de vivir en Rochester, Las Vegas y también en Washington DC, Begoña Sevilla, que arrastró a su marido, Alfonso, a Estados Unidos, no piensa en regresar a casa porque sigue con sus ganas de comerse el mundo. Por eso continúa guardando ese vestido fetiche que usa cada vez que recoge un Emmy.