LOS intensos colores de otoño de la selva de Irati y la mezcla con la tradición más arraigada se ha transformado en una grafía moderna, con un intenso aroma y sabor a pacharán. La joven creadora navarra Elena Andraiz ha dado forma a un alfabeto inspirado en el paisaje navarro para presentar su trabajo fin de carrera. Su grafía viste unas botellas que Elena ha llenado de un pacharán elaborado en casa para consumo personal: “La grafía la he creado partiendo e inspirado en la originalidad vasca. Tiene toques modernos, pero mantiene la esencia. Quería romper con esa letra ruda”, destaca Andraiz.

La diseñadora visitó recientemente la capital vizcaina con motivo de la feria Selected, celebrada en el Palacio Euskalduna donde expuso su trabajo: “Ha sido un encuentro maravilloso, en el que conoces a personas muy interesantes que están relacionadas con la creatividad y que han conseguido dar forma a proyectos de gran valor”, explicó la joven navarra.

Elena está empezando, pero ilusión y ganas para seguir creciendo profesionalmente no le faltan. Siempre supo por dónde quería dirigir su carrera y ahora sigue teniendo claro que continuará por la vía del diseño gráfico. “No es fácil, pero tengo muchas ganas de seguir trabajando por esta vía artística”. Los primeros pasos ya los ha dado con este trabajo en los que ha mezclado elementos de tradición con un sabor que le fascina: el pacharán.

Irati -nombre que ha dado a su trabajo- forma un lenguaje gráfico completo que combina tipografía e identidad. Irati Regular es una tipografía que refleja la cultura vasco-navarra pero de una manera sutil y delicada. Es el fruto de un proceso de modernización y mejora de la explotada tipografía vasca. La creadora de Iruñea mantiene los rasgos de la grafía originaria tallada en madera y se inspira en el paisaje natural de la Selva del Irati para dar carácter a la identidad del nuevo pacharán que ella degusta. Para conseguirlo la creadora tomó como ejemplo las letras que aparecen en los carteles de madera con apellidos que cuelgan en las casas de esta zona vasca. “Fui imprimiendo fotos de esos carteles y me puse a dibujar hasta conseguir lo que tenía en mente”, aclaró.

Andraiz estudió la carrera en Logroño y aprovechó su ausencia de su tierra para transformar esos colores, esos olores y aromas que le recordaban a su casa. “En mis años de carrera echaba de menos muchas cosas de mi tierra, entre ellas, además del paisaje, la gastronomía y el sabor del pacharán que tanto me gusta”, cuenta la joven. Irati Patxarana -Artesanos en 2019- opta por la elección de materias primas y acabados artesanales con una gama cromática que combina los tonos naturales del paisaje con el rojo intenso de esta bebida navarra, obtenida por la maceración de endrinas en licor anisado. “En mi casa para consumo propio hemos elaborado pacharán con las endrinas que cogíamos”, aclara.

Elena no ha pensado en patentar la marca. “Es mi proyecto fin de carrera”, aclara. Sin embargo, quién sabe si esta joya obtenida de la imaginación creadora de Andraiz no termina formando parte de una nueva marca comercial con aroma vasco.