LOS oídos son la ventana hacia una vida llena de sensaciones y Daiana Martínez pone su granito de arena para que lleguen mejor a todos. En su consulta del Centro Coda, la audióloga constataba las dificultades de audición de un gran porcentaje de personas que llegaban a la clínica preguntando qué hacer con sus audífonos aparcados en cajones y mesillas totalmente inservibles. Unos aparatos caros y, por ende, difíciles de reemplazar. Por ello se decidió a probar un sistema para readaptar los aparatos que funciona con óptimos resultados. “Nos hemos encontrado un grupo de personas muy amplio que no era capaz de oír porque sus aparatos no estaban debidamente ajustados. Sin embargo, nosotros hacemos ese ajuste con una batería de pruebas para comprobar el tipo de pérdida auditiva, el grado de la pérdida y las posibilidades de mejoría, no solo de oír más sino de entender mejor que es uno de los principales problemas que detectamos”, explica Martínez.

Gracias a este método de readaptación numerosos pacientes han podido recuperar la audición. “Una vez que hacemos estas pruebas, ellos traen sus audífonos, los conectamos al ordenador y comprobamos cómo están ajustados. Nos hemos encontrado con casos de personas que han comprado sus prótesis auditivas hace cinco años y no se han actualizado a su pérdida actual. Y eso es como si pretendiéramos que una camiseta que hemos adquirido hace cinco años nos quedase igual, cuando quizás hayamos adelgazado o engordado. En el cuerpo hay cambios y en la audición también. Por eso es necesario actualizar todos los datos de la audiometría para que la maquinaria trabaje con la información correcta”, destaca. No obstante, tampoco echa las campanas al vuelo, consciente de que “por más que queramos ajustarlos, en determinados casos no es posible porque han perdido demasiado”, asegura esta experta que corrige las alteraciones relacionadas con la audición.

Aunque Martínez también trabaja con niños pequeños, reconoce que “este tipo de trabajo se hace sobre todo con gente a partir de los 70 años”. “Y muchos tienen miedo de lanzarse a la compra de unos audífonos sin saber si les van a funcionar”. No hay que olvidar que el coste de estos aparatos es bastante elevado ya que su precio medio oscila entre los 800 y los 3.000 euros”. “A veces la gente piensa que lo más caro es lo mejor pero hay que valorar. El más caro tendrá unas prestaciones que necesitarán algunos por su pérdida. Lo más importante es que te permitan un periodo de prueba para saber si son los que tú necesitas”, subraya.

No en vano, los ciudadanos cada vez presentan más dificultades para oír. “El ritmo de vida que llevamos, el estrés y la contaminación acústica conllevan que el tipo de paciente que tenemos en consulta sea cada vez más joven. Estamos notando graves pérdidas de oído en chavales de 15 y 18 años”, afirma esta profesional que comprueba in situ los problemas que sufren los vizcainos. “Además de las pérdidas de audición, hay muchos tapones de cera, y acúfenos hay muchísimos, así como algo de vértigo e inestabilidad”. De hecho, en los acúfenos, la especialista aconseja audífonos siempre y cuando haya pérdida auditiva. “El acúfeno se magnifica porque oyes menos el entorno y en cuanto se pone un aparato y la audición vuelve a niveles normales, el ruido se distrae y baja de volumen”, declara.

A su juicio, lo ideal sería examinar el oído una vez al año para valorar que todo esté correcto. “Porque es un órgano al que no se le hace caso hasta que no vienen los problemas”, puntualiza. El uso de auriculares y el volumen alto de música también hacen más acusados estos problemas. “Por eso aconsejamos no usar más del 60% del volumen del aparato”, recomienda.