Abogado, poeta, escritor, ex secretario general de Vital Kutxa y expresidente del Consejo Social habla con entusiasmo de la necesidad de la reflexión ética caracterizada por la intervención de toda la ciudadanía en la deliberación y en la toma de decisiones “porque, en última instancia, supone un ejercicio de reflexión pública como forma de discusión para encontrar soluciones colectivas justas a los desafíos y problemas sociales que acucian a la sociedad actual”, añade con convencimiento.

Ante la profunda crisis de identidad de la sociedad y el déficit de valores que padecemos, el abogado cree necesario hablar de ética y divulgarla; acercarla a todas las áreas de la sociedad y situarla también en el centro de la agenda política y social.

Éstas son algunas de las misiones que se marcan desde el clúster, una fundación veterana con más de 37 años de vida, que inicialmente se centró en aspectos jurídicos, pero que desde hace tres años sus impulsores -cuentan con un patronato formado por 15 personas y distintos consejos asesores conformados por otras 20- , con José Ignacio Besga al frente, decidieron transformar. Así dejaron en segundo rango el derecho / la justicia para situar los valores y los problemas éticos en la primera fila de su objeto social.

Para este afable abogado y poeta, la finalidad no solo es hablar de la ética teórica, sino divulgarla, “preconizar en todos los sectores de la sociedad -personas individuales, empresas, organizaciones sociales e instituciones públicas- comportamientos y valores éticos: el respeto, la confianza, la solidaridad, la igualdad, la justicia...”, insiste.

“Lo más importante para nosotros es difundir los valores éticos individuales; no tanto de los organismos y de las empresas, aunque también, pero sobre todo de las personas. El modo en el que hay que comportarse con el otro es la clave. Si usted va por la vida siendo buena persona e integra será mejor que si es una mala persona”, recalca Besga.

Además desde el clúster ofrecen otro enfoque sobre el liderazgo, “porque una cosa es que todas las personas individuales intentemos ser buenas personas y otra que seamos conscientes de que los líderes no son solo el presidente del gobierno, el de un banco o de una empresa...”, reflexiona. “Porque líder es el que tiene influencia sobre otras personas; un individuo con un comercio y tres empleados también lo es. Si todos los líderes -que hay muchísimos- son éticos las personas que están a su cargo llegarán a serlo. Esos dos conceptos son los que propugnamos: el liderazgo individual y ético que es muy importante”, sentencia.