NO solo porque muchos fans siguen pensando que Elvis continúa vivo o que Miguel Ríos es un joven adulto, sino porque el espíritu del cambio que trajo hace seis décadas el rock impregnó a una sociedad de tal forma que sigue estando presente en todos los movimientos musicales, pero también en lo que se mueve paralelo a ello: fans, conciertos, discografía, pensamiento ideológico-político...

Cosa diferente es que la diversificación caleidoscópica de los tipos de música actual: pop, punk, indie, heavy... hayan situado al rock como un agente más y no como el paladín de la referencia musical como lo era hace unas décadas.

Algunos adolescentes y adultos jóvenes miran al rock un poquito como al retablo, pero en cuanto se habla con un aficionado de estas edades no puede evitar que el rock le brote a primera sangre. “Tal vez los conciertos, los desplazamientos, el modo de vida, la filosofía de actuación implícito y consustancial a la propia esencia del rock se hayan enfriado y mutado; también es cierto que quien lo practica y quienes son sus más fieles seguidores empiezan a tener una cierta edad, pero el rock no llegó para marcharse y menos para morir, sigue ahí referente y referido preferido por miles de seguidores no solo nostálgicos, sino con los fieles de hoy día”, explican nuestros protagonistas.

Aunque intitulo que los viejos rockeros nunca mueren, los actuales entre ellos Iker Bárbara, Ibai Villapún, Cristina Álvarez, Dani Álvarez y Sergio Martínez dudan y como mínimo matizan este aserto tan conocido. “Las estadísticas dicen lo contrario, el rock se ha hecho mayor, está en una edad mala; lo veo poco actualizado en muchos aspectos, como también lo está el público que acude a los eventos masivos. Los grupos de cabecera que han dominado la segunda mitad del siglo XX son los que tienen capacidad de llenar los estadios de fútbol”, subraya Ibai Villapún, que participó el martes junto a los periodistas Iker Bárbara, Cristina Álvarez y Sergio Martínez en la jornada Rock y periodismo: una relación de amor, odio y ríos de tinta, organizada en Bilborock por la Asociación y el Colegio de periodistas vascos, en colaboración con el Ayuntamiento de Bilbao.

“El rock siempre vivirá”, reconoce Dani Álvarez. “Los jóvenes tienen otra forma distinta de consumir música, pero tendrá su público, aunque ahora mismo no sea mayoritario ni hegemónico entre nosotros, aunque en otros países las bandas de rock están bien consideradas socialmente”, añade, al tiempo que sostiene que el reflejo del rock en el periodismo es básicamente el status que tiene en el conjunto de la sociedad. “No aparece demasiado en los periódicos, radios y televisiones y cuando lo hace, en general, es tratado con bastante desconocimiento”.

Opinión compartida por Iker Bárbara, Sergio Martínez y Cristina Álvarez quienes consideran que el exceso de oferta y la segmentación del rock, con una infinidad de estilos, ha ido también dividiendo al público. “Antes había una criba entre los grupos”. ¿Cuál? “Quien lograba un contrato discográfico tocaba y tenía la oportunidad de dar el salto; actualmente cualquiera puede grabar un disco; es imposible seguir el ritmo de publicaciones. En los 90 llegaba el fin de semana y había un concierto. Era el concierto al que íbamos todos; Bilbao no soporta la oferta y el movimiento constante de eventos al que acuden 10 o 15 personas”.

La triste realidad es que los grupos no viven de la música, porque nadie apuesta por ellos. “Es costoso mantenerlos; a los fans nos gustaría que triunfarán nuestros colegas, pero es complicado”, sentencia Cristina Álvarez, periodista de Onda Vasca.