EL reloj y un sueño demasiado profundo en la siesta le jugó una mala pasada al hostelero Enrique Thate el día del encuentro con DEIA: “Sorry, llego en cinco minutos”, se excusó vía WhatsApp. Son cosas del directo. Con la cara lavada y recién peinado se presentó en la parada de La Casilla -bandera del Athletic de la peña Alemana- en mano para iniciar el recorrido en tranvía fijado días antes. “No me pasa nunca, pero hoy me ha podido el sueño”, volvió a excusarse. Enrique recorre muchas veces la ciudad caminando -en quince minutos se planta en casa desde su restaurante-, pero reconoce que también utilizada el tranvía y algunas veces el metro. “El que utilizo menos es el autobús. No me preguntes cuáles son las líneas porque no tengo ni idea”, afirmó. Al hostelero Enrique Thate le encanta el transporte público con el que cuenta la capital vizcaina. “Lo comparas con otros medios de transporte de otras ciudades europeas y es increíble la diferencia que hay. Tenemos un transporte variado, limpio, puntual y bueno”, aseguró el hostelero.

Lo cierto es que con el particular humor vasco alemán que le caracteriza, Thate confesó que era la primera vez que alguien le planteaba “hacer un tranvía”: “Cuando me lo dijiste me hizo mucha gracia y pensé: ¡Voy a probar a ver qué tal se me da lo de hacer un tranvía!”, explicó entre risas uno de los responsables del restaurante Ein Prosit, del Ensanche bilbaino.

Dentro de la red de transportes que dispone la capital vizcaina este hostelero se decanta por el tren de color verde, porque, en su opinión “es una manera cómoda de ver la ciudad” a pie de calle. Según explica Thate es una forma diferente de moverse por la capital vizcaina, por la zona nueva, y que posibilita contemplar la transformación que ha experimentado la villa en la última década. “Si te fijas bien en el tranvía, la gente va mucho menos mirando al móvil que en otros transportes. Es una manera de relajarme”, reflexionó. De hecho, en ese proceso de relajamiento, en más de una ocasión le ha apetecido ir hasta Atxuri y regresar sin bajarse hasta el final de la línea, en La Casilla: “Vivo en Ametzola y es esta la parada que mejor me viene”, apuntó. “Quién sabe si del relax me terminaría durmiendo como me ha pasado hoy”, lanzó con una sonrisa socarrona.

Para ir a San Mamés, al Euskalduna o, incluso, al hospital de Basurto, cuyas paradas están situadas justo en frente, el tranvía se presenta como la mejor opción, sobre todo cuando la lluvia descarga sobre la villa. “A mí me encanta caminar, pero hay días que por el mal tiempo sobre todo me pillo el tranvía para agilizar y llegar antes a casa”, dijo. En opinión de Thate en Bilbao y en el territorio la gente no es consciente de las ventajas que ofrece contar con diferentes transportes. “No somos conscientes de los medios de transportes que tenemos. Cuando se plantearon hubo quien criticó que no eran necesarios y que era algo diseñado para los turistas, pero para nada”, afirmó Thate.

Como hostelero asegura que la implantación del metro en Bizkaia ha sido una gran ventaja para la movilidad de los usuarios y ha propiciado que la gente aparque el coche y no ponga en riesgo su vida y la de los demás. “Si bebes no conduzcas. Tener un medio seguro en el que poder regresar a casa es una ventaja. Sin duda para la hostelería ha sido un gran avance. Nosotros tenemos el metro al lado. Coge el metro o el tranvía que siempre llegarás...”, lanzó. Y prosiguió: “Me gusta hacer el tranvía...”, concluyó.