A veces, las historias pequeñas, mínimas, también penetran en Palacio. Y llegan en el momento exacto para extraer una mueca en un Buckingham asediado por la tristeza. Porque la soberana Isabel II, a sus 95 años de edad, no pasa por su mejor momento. Las terribles acusaciones que persiguen desde hace más de dos años a su querido hijo Andrés de Inglaterra debilitan esa fortaleza que la reina más longeva del mundo siempre ha demostrado en público. Más en esta época pandémica en la que la líder de la familia Windsor celebrará el próximo mes de junio (si su avanzada edad no lo impide) el Jubileo de Platino, con motivo de los 70 años de reinado (que se escriben pronto). Se dibujan cuatro días de celebración con el Trooping de Colour (más de 1.400 soldados y 200 caballos desfilando por la calles de Londres), fiestas callejeras, conciertos, visitas a residencias reales oficiales, emisión de una moneda conmemorativa, carreras de caballos... Todo muy folclórico y pomposo. Aunque el caso Epstein puede empañar dichos actos.

¿El motivo? A día de hoy Andrés está un poco más cerca de ir a juicio, motivo por el que su madre (a regañadientes, pero muy consciente del daño que está haciendo a la Corona) ha decidido retirarle todos los títulos militares, el tratamiento de Alteza Real y sus respectivos patrocinios. Vamos, como Felipe VI a Urdangarin, pero con el agravante de una terrible acusación de abuso sexual a una menor que ya le ha condenado al ostracismo familiar y social. Por ello, ante tanta mala noticia y cuchicheos de pasillo, la llegada a manos de Isabel II de una entrañable fotografía ha logrado hasta emocionarla. Algo poco común en una familia con tanta flema.

Se trata de una instantánea que el pasado Halloween convirtió a la pequeña Jalayne Sutherland, de solo un añito de edad, en trending topic. Su madre Katelyn decidió disfrazar a su pequeña como una réplica exacta de la soberana británica. Y tan preciso y gracioso fue el resultado, abrigo y complementos incluidos, que la propia monarca (a través de sus damas de compañía) acaba de enviar una carta de respuesta: "Es deseo de la reina que yo les escriba agradeciendo la foto. A la reina le complació ver a su hija, Jalayne, con ese espléndido atuendo", reza el texto oficial. Sin duda, una curiosa excepcionalidad dentro del rígido protocolo.