DISCÍPULA de Joxe Miguel de Barandiaran, a los 21 años Karmele Goñi ya era responsable de la Secretaría de la Sección de Etnografía y Antropología de la Sociedad de Ciencias Naturales Aranzadi de 1947 a 1957, donde en 1955 reinició la publicación del Anuario de Eusko Folklore (Nº XV), continuación de la edición suspendida en 1936. Dichos compromisos los simultaneó con sus primeros trabajos de investigación etnográfica bajo la supervisión del célebre antropólogo; tareas que en un principio se centraban en Zerain, municipio que le rindió un sentido reconocimiento el año 2002.

Casi al tiempo, también, con 21 años, su madre le compró una Vespa. “Trabajaba con don Joxe Miguel y visitaba mucho a mi amama de Zerain, que era toda una enciclopedia de los ritos y costumbres de los pueblos, donde se conservaban más y mejor que en las ciudades”. Conducía con pantalones que compró en Londres, donde los hacían los soldados. En una vieja conversación, Karmele aseguró que un día, en Bilbao, hablaba en un autobús en euskera con sus hijos. Un señor obligó al conductor a parar “y tuve que bajar entre insultos. ¿Olvidar aquellos tiempos? ¡Jamás!”. Karmele fue miembro del grupo Etniker-Gipuzkoa desde 1964. En 1966 participó, junto con un grupo de padres, en la creación del primer centro de enseñanza en euskera en Bilbao, la ikastola Resurrección Mª de Azkue y en la implantación del catecismo en euskera.

Fue socia fundadora de DEIA y miembro de su Consejo de Administración. Entre 1980 y agosto de 1997 desempeñó el cargo de directora del Museo Arqueológico Etnográfico e Histórico Vasco de Bilbao, compaginando tanto la dirección administrativa como científica en las labores de adquisición, investigación, conservación y difusión del patrimonio cultural vasco.

Conferenciante y especialista en tejido tradicional e indumentaria popular ha prestado especial asesoramiento a los grupos de dan-tzas en la renovación de sus vestuarios. Fruto de esta colaboración es el homenaje que, dentro del XXX Festival Internacional de Folklore de Portugalete, le rindió el grupo de dantzas Elai-Alai en 1997. Por su ingente contribución a la cultura vasca, recibió el premio don Andrés de Mañaricua (1995); Durangerriko Teila 2004, otorgada por la Asociación Gerediaga; el premio de la Fundación Sabino Arana (2005), el Lauaxeta de Honor (2012) otro de la Diputación de Bizkaia, mientras que fue nombrada Ilustre de Bilbao en 2015.