OS galos más universales volverán a salir pronto de su pequeña aldea, esta vez en busca de un misterioso animal mitológico, pero ¿cómo encontrarán el camino? Ayer se desveló en castellano El gran periplo, las viñetas creadas para la promoción de Astérix tras las huellas del grifo, su próxima aventura.

Las seis tiras, a las que ha tenido acceso en exclusiva Efe, no están extraídas del álbum que publicará Salvat el 21 de octubre, sino que han sido dibujadas a modo de pistas para abrir el apetito de sus miles de seguidores por el dúo formado por Jean-Yves Ferri (guion) y Didier Conrad (dibujos). Ellos dos son los autores de Astérix tras las huellas del grifo, título número 39 de la popular saga inventada hace más de sesenta años por René Goscinny y Albert Uderzo.

Nombrados herederos artísticos por Uderzo, el último en fallecer, hace poco más de un año, han publicado hasta ahora Astérix y los pictos (2013), El papiro del César (2015), Astérix en Italia (2017) y La hija de Vercingétorix (2019).

El druida Panorámix parece que va a tener una gran importancia en esta nueva historia que comienza tras una llamada de socorro que le es transmitida enigmáticamente mientras dormita.

Según las viñetas desveladas ayer, partirá en carromato junto a Astérix y Obélix y será el encargado de encontrar el camino hacia un lugar misterioso utilizando su magia. Solo sabemos de momento que en ese destino los días son cada vez más cortos y las noches más largas, ¿viajarán hacia el norte?

La orientación del druida se verá dificultada por situaciones que nos retrotraerán al pasado, como cuando sus sueños, en vez de ser premonitorios, se recrean en la magnífica nariz de Cleopatra, un guiño al mítico volumen dedicado a la reina de Egipto, publicado en 1965.

Otros intentos de encontrar su ruta avanzan sin embargo hacia el futuro. Lo valerosos guerreros galos se quedan perplejos ante el mensaje "Código de error 2110-3117 Conexión fallida. Vuelva a intentarlo más tarde" que les da Panorámix tras tomar una poción especial. Parece transmitirles información de algún ingenio al que aún le quedan 2.000 años para inventarse. Las comunicaciones se siguen complicando cuando Obélix sustituye su habitual dieta de jabalí por una paloma mensajera que debería haber llevado noticias de su viaje a los amigos que las aguardan con ansiedad y preocupación en la aldea.

Una travesura que este personaje, que se cayó de pequeño en una marmita de poción mágica, compensa cuando sostiene en sus brazos el carromato, caballo y pasajeros incluidos, para cruzar un río que no saben si es el Liger (Loira en latín) o el Rhodanus (Ródano).

Finalmente, en otra de estas tiras introductorias, un grupo encabezado por el jefe Abracúrcix sorprenderá a los viajeros uniéndose a la aventura cuando ya están llegando a su destino.

En la expedición por supuesto ha estado desde el primer momento el perrito Ideafix, que protagoniza además la cubierta provisional de Astérix tras las huellas del grifo. Encaramado a lo que parece ser una enorme talla del mítico animal mitad águila, mitad león, Astérix y Obélix tratan de alcanzarle.

"¿Creían de verdad nuestros ancestros en la existencia real de estos insólitos monstruos?", se preguntaba Ferri, el guionista, el pasado marzo, cuando se presentó el nuevo título. "En la antigüedad romana -añadía- los exploradores eran escasos y la Tierra era en gran parte incógnita. Sin embargo, elefantes o rinocerontes, animales extraordinarios, ya habían sido exhibidos en Roma. En consecuencia, ¿por qué los romanos habrían dudado de la existencia de criaturas así de improbables?". Enigmas que Astérix y sus amigos tratarán de resolver este otoño, cuando el cómic sea publicado de manera simultánea en 17 lenguas.