- Diego Luna siempre tiene un “acercamiento hiperpersonal” a sus proyectos como director y productor, según explica antes del estreno de la serie Todo va a estar bien, donde muestra sus reflexiones en torno a la familia, el feminismo y las nuevas masculinidades. “El trabajo como actor en la vida es muy intenso pero es un proceso más chiquito, es un instante, muy importante. Y producir o dirigir es otro boleto, es un proceso, un lugar en donde tienes que estar muy seguro de qué estás diciendo, como director el acercamiento tiene que ser hiperpersonal para que tenga sentido”, asegura.

Diego (Estado de México, 1979) dedicó de tres a cuatro años a este proyecto que logró su concreción en plena pandemia. No obstante, las dudas que plantea en ella sobre la conformación de la familia y el matrimonio nacieron 13 años atrás cuando se convirtió en padre. “La inspiración nace mucho con la paternidad, el momento en el que decides tener una familia y entiendes la complejidad que significa”, cuenta Luna de 41 años. Ser consciente del reto de ser padre le ha hecho cuestionarse algo que le parece fundamental: “¿Qué ejemplo estoy dando?”, cuenta. Y esa pregunta solo es una de las muchas que espera que el espectador pueda plantearse al ver la serie que llega mañana a Netflix. “Son cosas que deberías cuestionarte, tu masculinidad y el ejemplo que das a diario siendo quien eres. Porque eso va a quedar marcado en la vida de alguien y va a marcar un camino. Hay que hacerlo con mucha responsabilidad, pero también es una oportunidad maravillosa de replantearse y crecer”, asegura Luna.

Todo va a estar bien es la primera vez de Diego Luna como realizador de televisión, tras dirigir películas como Abel (2010). El artista entiende de formas diferentes los dos formatos, el cine como un desarrollo íntimo y la televisión como un proyecto comunitario. “La televisión descansa en la colaboración y hay que delegar y saber escuchar. Desde la escritura hay un ejercicio conjunto en el que todo mundo opina y en el cine es un viaje muy personal. Aquí es un debate abierto”, explica Luna, quien dice sentirse orgulloso de todo su equipo de trabajo y de la serie.

Uno de sus objetivos era hacer “una serie que tuviera un humor inteligente, que la historia tuviera peso y que no se quedara en la superficie”. Una consigna que ha llevado a cabo con su productora La Corriente del Golfo, que fundó junto a su colega y amigo Gael García Bernal.