De la huida hacia la libertad a la persecución de sus explotadores. Continúa en Netflix el viaje frenético de Coral, Wendy y Gina en la segunda temporada de Sky Rojo, que promete adrenalina, venganza e inquina, aderezadas con lentejuelas, sangre y zapatos de tacón. La serie de los creadores de La casa de papel Álex Pina y Esther Martínez Lobato, continúa en el tenso instante en que acabó la primera temporada, con las chicas en medio del robo en el club de alterne de los pasaportes y el dinero para el idílico nuevo comienzo.

Coral (interpretada por la española Verónica Sánchez), Wendy (la argentina Lali Espósito) y Gina (la cubana Yany Prado) son tres prostitutas que huyen del Club Las Novias tras un suceso violento con Romeo, el dueño y principal proxeneta, interpretado por Asier Etxeandia. Tras sus pasos van los matones, los hermanos Moisés y Christian (Miguel Ángel Silvestre y Enric Auquer), mientras ellas pelean por escapar y por llevarse algo que les permita empezar de nuevo. Sky Rojo, que toma su nombre del sofá de ese color que preside la sala donde las chicas esperan a los clientes, es un cóctel de acción y adrenalina con estética “tarantinesca” de “pulp latino” que trata -alejándose del drama y con un formato de acción y comedia negra- temas con un fuerte trasfondo social como la trata de mujeres y la prostitución forzada. Wendy y Gina son el ejemplo. “Todos hemos visto en la carretera los neones y las letras de algún club y sistemáticamente vemos en el telediario desmantelamientos de redes de trata. Esto está ocurriendo, es un limbo en la realidad que todo el mundo conoce sin ver la trastienda de lo que sucede; nosotros queremos implicar al espectador en esta realidad”, apuntan a Efe Pina y Martínez Lobato.

volumen 2

Lo nuevo de Sky rojo es una especie de volumen 2 de la primera parte, ya que tras la primera temporada no hay ninguna ruptura de continuidad. Son de nuevo 8 capítulos de 25 minutos en los que se ve a un Romeo obsesionado por encontrar a las chicas, especialmente a Coral, por quien su obsesión no deja de crecer. Se verá también cómo Christian y Moisés deciden independizarse de él y pasarse al lado sano y bueno de la vida, algo que el proxeneta no ve con buenos ojos. La familia es familia y no se rompe, aunque sea por la fuerza. Pero las protagonistas siguen siendo ellas y, si en la entrega anterior su objetivo era sortear todo tipo de peligros y seguir vivas cinco minutos más, en los nuevos episodios los papeles cambian y serán ellas las que decidan variar sus planes de huir sigilosamente y regresar al club para vengarse. En el final de la primera temporada, cuando ya parecía cercana la victoria, pudo verse cómo Coral luchaba desesperada por reanimar a Romeo en el Club Las Novias. En esta nueva entrega su espíritu autodestructivo va más allá y trama un plan kamikaze de venganza contra el proxeneta, un “todo o nada” del que no saldrá con vida si falla.

La energía de Wendy sigue siendo incombustible. Pese a que está gravemente herida y en esta entrega se debatirá entre la vida y la muerte, no perderá las ganas de luchar por un futuro para ella y sus amigas y se sumará a la idea de vengarse de sus proxenetas. Además, emprenderá su propio camino para desprenderse del rencor y el odio provocados por el daño que le han hecho. Gina continuará siendo la más inocente y pura de las tres, aunque en esta entrega tomará las riendas y será mucho más decidida. No perderá su espíritu positivo ni en los peores momentos y se lanzará al plan de venganza sin dudarlo, manteniéndose junto a Coral y Wendy, juntas y fieles hasta el final.