Es joven, dinámica y está convencida de que lo suyo es meterse en la vida de los personajes que quiere encarnar. Le gustan la danza y la música, y en ambas disciplinas se ha formado. Ella es María, una de las jóvenes brujas de la película Akelarre, historia que le ha cambiado la concepción que tenía sobre unas mujeres tan denostadas en siglos pasados como mitificadas a posteriori. La guipuzcoana Yune Nogueiras no quiere otra profesión con mejores salidas laborales, sino que apuesta por ser actriz y cuenta con el apoyo sin fisuras de su familia.

Es usted muy joven, luego aún empezó más joven como actriz...

La verdad es que todo fue por mi padre. Recuerdo que un día estábamos él y yo en el coche hablando de lo que iba a hacer en el futuro. Tenía pensado hacer Psicología y él me dijo: Yune, ¿estás segura de que lo que quieres hacer es esa carrera? Porque a ti siempre te han gustado el teatro y el baile.

¿Y estaba segura?

No, y se lo dije: En realidad, lo que quiero hacer es teatro. Fue cuando empezamos a mirar cursos y ahí comencé a formarme. Entonces tenía quince años, y cuando él me dijo aquello fue cuando sentí el clip en la cabeza y ya no tuve dudas sobre lo quería ser. Había que intentarlo.

Akelarre ha sido su primera película.Akelarre

Sí. Hasta ese momento solo había hecho teatro. No me había puesto nunca delante de una cámara de forma profesional.

¿Fue costoso entrar en la película?

Cuando salió el casting me pidieron fotos y mis datos, los mandé y empezaron las pruebas, hasta que me dijeron que me habían cogido. Te juro que me costó creérmelo al principio. Me decía: ¡Estás dentro, estás dentro! Me parecía que no era posible que me hubieran dado un personaje para la película de Pablo Agüero.

Y la experiencia ha sido...

Increíble. Todo ha sido muy positivo, no ha habido nada negativo, y eso que era la primera vez que me ponía delante de una cámara. Además estaba superfeliz, trabajando en lo que siempre he querido, dar vida a un personaje. Ha sido todo tan increíble que repetiría mil veces si fuera posible. Y por supuesto, también tengo que decir que he aprendido muchísimo.

Era su primera vez ante las cámaras, ¿no tuvo miedo?

Había hecho cursos en los que me ponía delante de una cámara, pero con un equipo tan grande, nunca. La verdad es que no tuve miedo, y una vez que me metía en el personaje no salía de él, no me planteaba que aquello era ficción. Me daba cuenta de lo que había hecho después, porque estaba tan dentro de mi trabajo que me olvidaba del resto, de las cámaras también.

Antes de eso, ¿estaba puesta en el mundo de la brujería? ¿Conocía las leyendas y los sucesos que surgieron a su alrededor hace siglos?

Akelarre me ha abierto mucho los ojos y me ha hecho ver el mundo de las brujas de otra forma. Hasta entonces lo que me habían enseñado de las brujas era, para empezar, que tenían otra edad.

¿Más viejas frente a sus veintipocos años?

Claro, y también que eran malas y que hacían determinadas cosas. Vamos, que no eran unas chicas como las de hoy en día, pero si ser bruja es decir lo que pensamos, actualmente todos deberíamos ser brujas y brujos. Aquellas brujas eran gente joven, como lo soy yo ahora, que querían divertirse, y por divertirse les cortaban las alas.

"Me resulta interesante, como actriz, aprender de dirección"

¿Cómo es María, su personaje?

Es muy maternal y en muchos aspectos la más madura de todas las jóvenes que salen en la película. También es muy observadora y a veces no habla nada, pero con la mirada lo dice todo. Es también una mujer muy emocional.

Vemos su currículo... y hasta se ha atrevido a dirigir teatro.

Me gusta la dirección. Creo que a la hora de dirigir hay que tener una gran sensibilidad y me resulta interesante, como actriz, aprender de dirección.

¿Tiene ahora algún proyecto en marcha?

Me estoy centrando en el baile, porque he bailado desde pequeña y no quiero dejar de hacerlo. También sigo adelante con mis proyectos de teatro y presentándome, es lo normal, a los casting. De todas formas continúo formándome, porque creo que es algo muy importante. Este año termino la carrera de Interpretación y sigo mirando cursos en Madrid que me aporten diferentes miradas ante la profesión de actriz. Estoy convencida de que cuantas más herramientas tenga a mi disposición, más segura me sentiré a la hora de trabajar.

¿Ha hecho muchas pruebas?

Bastantes, aunque el casting de Akelarre fue el primero.

Y tuvo suerte.

Sí, pero la mayoría de las veces no ocurre lo mismo. Además, ahora es muy diferente porque tengo representante. Es muy importante tener alguien que esté a tu lado en esta profesión. Te evita el agobio y el trabajo de tener que buscarte las pruebas. Yo estoy mucho más tranquila.

¿Está convencida de que la interpretación es una profesión con futuro?

Pues no lo sé. Sé que es lo que quiero y también soy consciente de lo difícil que es, porque un día puedes estar arriba y otro abajo, pero es lo que realmente quiero. Me he dado cuenta de que necesito esta profesión porque me hace feliz. ¿Es difícil? Sí, eso dicen, yo llevo poco tiempo. A veces piensas: ¿Qué tiene más salidas? Tampoco lo sé, pero sí sé que no voy a ser feliz haciendo algo solo por las salidas laborales que tenga. Prefiero dejarme la piel en lo que me gusta y pelear por ello.

Usted parte desde el apoyo familiar, una cosa menos por la que luchar, ¿no?

Exacto, en casa siempre me han apoyado. Ya digo que la idea partió de mi padre. Fíjate, donde más difícil me lo pusieron fue en Bachillerato. Cuando comentaba que quería ser actriz, me decían: ¿Por qué no haces primero una carrera y luego te dedicas a lo que quieras? Hay gente a la que aún le cuesta entender que alguien quiera dedicarse a la interpretación.

¿Y se puede vivir de la interpretación?

Cada día estoy más convencida. Yo tenía un profesor que me decía: Todos los actores y actrices han pasado antes por ser camareros. Acepto que haya que trabajar de otras cosas mientras no estemos activos, pero hay que seguir luchando. En casa, en el sofá, no se hace nada.

¿Y ha sido camarera?

Aún no, pero quién sabe. He estado cuidando niños y he dado clases de teatro y de baile, eso sí.

PERSONAL

Edad: 22 años (24 de octubre de 1998).

Lugar de nacimiento: Bergara (Gipuzkoa).

Formación: Tiene el grado superior de Arte Dramático y Danza, y ha estudiado música.

Trayectoria: Mientras hace teatro y busca su lugar en el mundillo continúa formándose como intérprete. Se ha bregado en la escena con obras como Alegremente y Cuídame de mí (función en la que fue codirectora con Ana García), suya es la coreografía de Alizia musikala y también ha participado en Julieta. En cine ha trabajado en Akelarre, película dirigida por Pablo Agüero que fue estrenada el pasado Zinemaldia donostiarra.