Arthur Fleck es un hombre ignorado por la sociedad, cuya motivación en la vida es hacer reír. Pero una serie de trágicos acontecimientos le llevarán a ver el mundo de otra forma. Hasta aquí la sinopsis, porque esta película basada en el popular personaje de DC Comics, conocido como el archivillano de Batman, en este film tomará un cariz más realista y oscuro. Tras el maquillaje y la sonrisa se esconde uno de los mejores actores de su generación, Joaquin Phoenix, capaz de dotar de humanidad a un personaje que hasta ahora había sido despojado de ella en las interpretaciones de Jack Nicholson, Heath Ledger y Jared Leto, además de la de César Romero en la serie de televisión. Si ellos apostaron por el histrionismo, el brutal tenebrismo, el esteticismo vacuo y la mueca sin mucho sentido, Phoenix se transforma en un ser rabioso que abraza la locura en busca de la felicidad.

La película, que se llevó el León de Oro en el pasado Festival de Venecia, ya ha sido tachada de peligrosa por algunos sectores conservadores, que ven en ella alimento para la rebelión y la violencia, a pesar de que el director, Todd Phillips (responsable, entre otras, de los tres rescacones), ha repetido hasta la extenuación que las películas son a menudo espejos de la sociedad y que no ha pretendido hacer un film político. Las opiniones, en cualquier caso, es mejor expresarlas una vez vista la obra.