eL documental que el martes estrena DMAX consta de cuatro capítulos y abarca desde el final de la guerra civil en 1939 -hace 70 años- hasta 1975, año en el que murió Franco. Una época dura que transformó un país. Así narra desde la miseria de la posguerra y las penurias de la autarquía económica hasta la bonanza del desarrollismo; de la represión contra los republicanos hasta la lucha por las libertades de una nueva generación. Luis Carrizo, director de esta serie, señaló a DEIA que “por suerte o por desgracia, como toda parte de nuestra realidad, los horrores también tienen color. Es una época que nos hemos acostumbrado a ver en blanco y negro, y ese era el material con el que se podía rodar. Gracias a la tecnología, hemos devuelto el color a estas imágenes y creo que así tiene más potencial el documental”.

Un trabajo costoso Para hacer realidad un proyecto que ha llevado más de dos años de elaboración, se ha necesitado el trabajo de un equipo de 40 personas y se han revisado más de 750 títulos de los fondos de la Filmoteca Española, restaurando más de 180.000 metros de película, reparando digitalmente más de 250.000 fotogramas y digitalizado 300 minutos de metraje. El proceso se prolongó durante un año y medio en el que se visionaron más de 60 bobinas y reportajes inéditos. Uno de los mayores retos de esta producción fue la de colorear 300.000 fotogramas en un año y medio. “Ha sido un trabajo muy elaborado, muy minucioso. Creo que el resultado puede ser muy interesante para los espectadores. Como en todas las épocas, hay muchas sombras, pero también hay luces, hay color”, señala satisfecho el director de España después de la guerra: el franquismo en color.

Más allá del color “Lo que intentamos mostrar es un relato de 36 años, sin ellos es difícil entender, para bien o para mal, el presente que tenemos. Queremos mostrar ese pasado de una forma rigurosa y con potencia narrativa. Creo que tiene el máximo de rigor histórico, hemos ido a las fuente originales, hemos movido todo lo que hemos podido”, asegura Carrizo, que pone también el acento en haber querido crear una crónica histórica basada en la honestidad y en poner en pantalla un relato vibrante.

El director de este proyecto habla de la relación de este trabajo con la objetividad: “Es imposible ser totalmente objetivo, pero creo que se puede intentar ser lo más honesto posible. La objetividad o subjetividad es un concepto personal. Somos un equipo de 40 personas y hemos trabajado con muchos historiadores y muchos archivos buscando el equilibrio del relato. Lo que intentamos exponer a través de las imágenes de la forma más veraz lo que fue una dictadura. Parece que vivimos en una época en la que la opinión y los prejuicios tienen más peso que la realidad, pero la realidad es muy tozuda”. En este sentido, señala que lo que se guarda de esa época es lo que la dictadura franquista decidió documentar.

Pese a que se han cumplido 80 años del final de la guerra civil, aún sigue habiendo muchas heridas abiertas y también mucho interés en el mundo literario y audiovisual por esta época: “El anterior proyecto a este se hizo hace un par de años y tuvo mucho éxito, era sobre la guerra civil. Fue vendido a 175 países, aunque una cosa es conocer y mostrar la historia y otra instrumentalizarla. Nunca ha sido nuestra intención. Pero es inevitable que un suceso tan traumático siga teniendo interés para mucha gente”.

La primera década En la narración de estas cuatro décadas de la historia española, España después de la guerra: el franquismo en color pondrá especial énfasis en el plano social y cultural de este periodo histórico, mostrando a través de imágenes fijas y en movimiento a todo color los efectos de las políticas del régimen franquista en la sociedad española.

En el primer episodio, tras la victoria total de los sublevados en la Guerra Civil, Franco instaura una dictadura y se convierte en el líder supremo. Ejército, Iglesia y Falange son los pilares del nuevo régimen que borra y reprime todo rastro de la España republicana.

En esos primeros años, España es un país aislado y empobrecido en el que el hambre y una de las peores sequías que se recuerdan pasan factura a la población. El nuevo gobierno franquista ve con simpatía a Mussolini y Hitler, con quien negocia una posible intervención española en la Segunda Guerra Mundial, que nunca se llegó a producir.