BILBAO - La presentadora gallega dice que en los momentos previos al estreno ha estado muy ocupada con reuniones, pruebas de vestuario y también por ver cómo decoraba su camerino, un espacio donde va a pasar mucho tiempo durante los próximos meses. Hace unos años, Paula Vázquez puso distancia entre ella y la televisión, le gustaba el medio, pero no se sentía cómoda por los derroteros que esta tomaba. No aceptó las ofertas que le llegaban y tras disolverse su contrato con Atresmedia, se quedó a barbecho y no se puso delante de una cámara hasta que Movistar+ le presentó una oferta apetecible y muy alejada de papeles estereotipados, primero fue El puente y un año después llegó Fama a bailar, un talent show que ella había presentado diez años antes en Cuatro. El proyecto fue un amor a primera vista y el “sí quiero” fue inmediato.

Dice que está ocupada decorando su camerino, ¿qué es lo que va a poner en él?

-Pues no lo sé, siempre he tenido camerinos muy pequeños y este año me ha tocado uno enorme. Es tan grande que creo que voy a poner telas o algo en las paredes, decirle a la gente que me haga grafitis. En él, estoy el rato que me visto y me maquillo, menos de lo que estaría en otras cadenas porque en esta no hay publicidad.

La edición más larga de todas. ¿Era necesario?

-Creo que sí. Va a ser casi un mes más larga. Creo que le hacía falta al formato, en la anterior nos quedamos todos con ganas de más, con la sensación de que le íbamos cogiendo el ritmo cuando se acabó. Creo que este año va a estar genial.

Es una veterana en este espacio?

-Que soy mayor quieres decir, ¿no?

Para nada, no era esa mi intención. Lo que le quería preguntar es si se aborda con la misma ilusión todas las ediciones de un programa.

La ilusión sí, pero con una visión más madura, yo también he madurado en la vida; qué sí que soy más mayor. Fama también ha madurado. Ahora nos paran por la calle para hablarnos del programa y nos hablan de danza, no de baile. Se nota en el nivel de los alumnos.

¿Qué diferencia ve entre danza y baile?

-Pienso que el baile lo podemos hacer tú y yo.

Yo estoy segura, quizá usted sí.

-A lo mejor, se nos dan bien las dos cosas y podemos bailar y danzar.

¿Se le ha pegado algo de la elasticidad, del ritmo?

-No tanto físicamente, pero ahora sí que me doy cuenta, cuando veo otros programas de otros países o cuando veo un espectáculo en directo, si un bailarín es un principiante o como alguien muestra su trayectoria por con el movimiento de las manos o de los brazos

¿Una buena ojeadora?

-Creo que sí. Después de años observando a bailarines, te vuelves exquisita en la mirada, ahora entiendo muchas más cosas: las dificultades del baile, la disciplina, del esfuerzo tan animal que hacen para una carrera que al fin y al cabo como la de un deportista de elite, es muy corta, salvo que seas Alicia Alonso.

Casi inmortal personal y profesionalmente, ¿no?

-Exacto. Yo la llegué a conocer hace veintitantos años y ya era como ahora. Pero ha sido una bailarina excepcional, aunque siempre ha tenido esa apariencia de fragilidad.

¿Baila?

-A mí me gusta bailar, no bailo bien. Pero en su momento bailé ante las cámaras, fue cuando estuve en 1, 2, 2? Siempre que estoy con amigos lo cuento, es como esas historias de los que iban a la mili, se repiten una y otra vez.

¿Cómo se las arreglaba?

-Fueron meses los que estuve al lado de gente que bailaba bien y yo imitaba en lo que podía, podía muy poco, la verdad. Yo no he sido nunca una buena bailarina. Es cierto, que en Fama suena música todo el rato y yo, cuando estoy detrás de las cámaras, me lo bailo todo. Me transmite una energía genial porque yo no salgo por las noches, así que no voy a bailar nunca.

Eso de no salir por las noches es que ha hecho una promesa o es por eso que decía que ha madurado.

-Ja, ja, ja? No, me perdí esa etapa incluso a los 18, no me gusta la noche, nunca he ido a festival de música, no voy a conciertos, si he ido ha sido una o dos veces y a una apartado vip porque me han invitado.

Vamos que no le gusta ir al mogollón.

-No es eso. Soy diurna. Por eso Fama es como estar en el salón de mi casa, con mi gente y de repente vienen artistazos y me los canto y me los bailo, los tengo a tres metros de mí, no necesito la noche para disfrutar de la música y del baile. Cuando se termina de grabar, voy y me acerco a hablar con ellos, es flipante, ¿no?

Flipante, no. Supongo que es trabajo aunque usted se sienta en el salón de su casa.

-Es verdad, a veces, se me olvida que estoy trabajando, disfruto tanto.

¿A quién no le concedería un baile?

-A tanta gente. A ninguno que apoye los hechos de La Manada, hechos similares y cómo lo están llevando los jueces, a nadie que apoye que los de La Manada estén en la calle.

¿Cómo fueron esos años en los que no dio la cara ante los espectadores?

-Fueron años de disfrutar de la vida, pocas cosas responsables. Disfrutar de mis amigos, de viajar, de divertirme, no he sumado nada destacable, pero he disfrutado mucho de la vida.

¿Se podría ‘acusar’ a Paula Vázquez de disfrutona?

-Yo diría que sí, cuando me pongo a ello sí, aunque no salga por las noches. Me muevo por las mañanas, por las tardes, me gusta irme de viaje.

¿La noche le confunde o le da miedo la oscuridad?

-Ja, ja, ja? No. Al principio quizá tenía que ser muy prudente, yo empecé a vivir solo en Madrid con 17 años y me daba miedo volver a casa sola, que me drogasen y todo eso que se contaba. Después, empecé a ser conocida y me daba miedo meterme en algo y que me hicieran alguna fotografía y también porque mi estómago no tolera el alcohol.

Se puede salir de noche sin beber alcohol, ¿no le parece?

-No consumo nada, no me drogo, no bebo? Veo a la gente y veo que muchos a las dos de la mañana están muy eufóricos y yo me duermo.

Una mujer muy sana.

-Tampoco creo que lo otro no sea sano irse un sábado a la noche y volver a casa al amanecer, pero eso no me ha pasado nunca y eso sí que creo que es sano.

¿Ver amanecer solamente?

-Ja, ja, ja? Dejarte ir de vez en cuando, pero eso no me pasa. Sabes lo que quiero decir, ¿no?

Más o menos. ¿Cuánta vida tiene ‘Fama a bailar’?

-Madre mía. Larga vida a Fama a bailar. Puede evolucionar por tantos sitios. De momento, ha evolucionado del baile a la danza, me encantaría que con el apoyo de la audiencia algún termine siendo como aquella escuela de Fama. ¿Recuerdas a aquel personaje tan maravilloso, Leroy Jonhnson?

Sí, pero ‘Fama’ era mucho más que baile.

-Tienes razón. Recuerdo aquella frase de: Queréis la fama y la fama cuesta? A los alumnos de ahora ni les suena esa serie, no habían nacido. Era muy multidisciplinar, había músicos, bailarines, cantantes. Me gustaría que se hiciera algo así.

¿Hay algún proyecto al respecto?

-¡Qué va! Es una pájara mía, no he oído nada sobre ese tema. Solo digo que me gustaría como trampolín de talentos en gente joven, los hay, sería estupendo. Ahora con el desempleo que hay y la falta de medios en educación, la gente apuesta por su talento. Sería bueno que se fomentara más el talento de las personas porque todos salimos beneficiados, ellos por tener un oficio y los demás por disfrutar de oír y ver lo que hacen.

¿Le ha sorprendido el talento de los concursantes seleccionados para esta edición?

-La mayoría, todos.

Mójese un poco, por favor. Dé alguna pista.

-No. Además no puedo descartar a ninguno de ellos o de ellas porque todos tienen algo muy admirable. No solo es danza, hay que ver cuando ellos explican su vida y te das cuenta que tienen un poso detrás increíble. Hay gente que lo deja todo por venir a bailar con los profesores, por el nivel que tienen los que les van a enseñar. Vamos a ver su evolución, pero son muy finos en la danza, son chavales muy jóvenes que, con esto de las redes sociales, saben a quién seguir, tienen sus propios ídolos y los siguen hasta la puerta de su casa, como si tienen que dejarlo todo para irse a Londres y conocer a esa persona que ellos tienen in mente.