El incremento de víctimas está sorprendiendo hasta los propios expertos. Tras el señuelo de supuestos servicios de carácter sexual se oculta un entramado criminal. Las alertas se han disparado en Euskadi durante estos últimos meses con las estafas a través de páginas de contactos. Actualmente se investigan casi un centenar de casos de sextorsión, con víctimas que se reparten por los tres territorios de la CAV.

La Ertzaintza alertó el domingo sobre esta tipología delictiva que se comenzó a detectar a mediados de 2019 en Euskadi. Las víctimas son seleccionadas de entre los usuarios de páginas de contactos sexuales para exigirles, bajo amenazas, el pago de cantidades que oscilan entre los 100 y los 200.000 euros.

La estadística revela un problema que va dejando de ser anecdótico y que sigue creciendo como la espuma desde que el confinamiento por la pandemia de covid-19 disparó el uso de plataformas digitales.

De las cinco denuncias por sextorsión registradas en 2019 se ha pasado a 61 en 2020 y, desde enero hasta mediados de agosto de este año, se han contabilizado alrededor de 80, recibiéndose una media de tres o cuatro por semana.

ORGANIZACIONES CRIMINALES

Desde la Sección Central de Investigación Criminal y Policía Judicial indican que "estamos hablando de un delito de extorsión llevado a cabo por diversas organizaciones criminales asentadas fuera de la CAV", cuyas víctimas son usuarios de webs de contactos sexuales y de quienes obtienen cantidades que oscilan entre los 100 y los 20.000 euros.

El modus operandi de estas organizaciones consiste en publicar falsos anuncios en páginas web de contactos, en las que se publicitan todo tipo de servicios de carácter sexual, haciendo acopio de los números de teléfono de todos aquellos que han llegado a realizar alguna llamada interesados en los servicios ofertados.

A los pocos días, los extorsionadores llaman y envían mensajes a los números de teléfono que han recopilado, manifestando ser el responsable de la casa de citas anunciada, y se les reprocha a las víctimas no haber acudido a un falso encuentro, exigiéndoles por ello el pago por el tiempo perdido.

En algunos casos (en función de la organización), para conseguir que las víctimas acepten realizar los pagos, los extorsionadores amenazan con difundir al entorno de las víctimas que éstas son usuarias de servicios de prostitución. La Ertzaintza recomienda aguantar el tirón y no pagar en ningún caso.

LA ESTRATEGIA DEL MIEDO

Estas organizaciones criminales utilizan el miedo y las amenazas, pero en realidad no conocen el entorno de las víctimas. Si no se paga, pronto se cansan, y pasan a buscar a la siguiente. "El problema puede venir cuando se abona una cantidad". La Sección Central de Investigación Criminal y Policía Judicial constata que con un primer pago, "automáticamente, se suceden nuevas peticiones de dinero recurrentes".

Las cantidades se piden de diversas maneras: transferencias a cuentas, pagos en cajeros o incluso a través de plataformas como Bizum.

La Ertzaintza insiste en que no se debe pagar en ningún caso y sí denunciar estos hechos para poder proceder a su persecución.