Evitar los saltos térmicos. Debemos utilizar nuestros sistemas de una manera organizada y mantener los equipos de forma continua a una temperatura adecuada de entre los 19º y 21º, porque los saltos de temperatura también pueden incrementar el gasto energético. No siempre es lo más inteligente hacer una programación de tal manera que la calefacción se apague unas horas y luego se encienda, porque volver a templar la casa desde una situación muy baja es costoso. Hay que consultar con el técnico o hacer la prueba empírica: ¿cómo gasto más, teniendo siempre la casa a una temperatura estable, o apagando la calefacción ocho horas (por ejemplo durante la noche) y luego calentando de nuevo el hogar?

Cuidado con las ausencias

Al hilo de lo anteriormente dicho, hay que evaluar las ausencias del hogar. Si van a ser de uno o dos días, igual no merece la pena apagar la calefacción; sí, si van a ser ausencias más largas. En todo caso, aquí el termostato juega un papel fundamental gracias al modo ausencia (modo en el que, cuando no estemos, tampoco hay que dejar que la calefacción se apague del todo, sino bajarle bastante la temperatura).

Mejorar el aislamiento térmico

Un buen aislamiento, como la utilización de fibras y espacios vacíos en paredes y techos, así como ventanas con doble cristal, ayudan muchísimo a mantener la temperatura de las diferentes estancias y a crear un ambiente de confort en el hogar.

Aprovechar las horas de luz

Es muy importante controlar las horas de luz para aprovechar el calor de la energía solar, que ayudará a preservar la temperatura en el hogar. Siempre es recomendable mantener las persianas subidas durante el día para aprovechar las horas de sol, aunque en invierno se vean reducidas.

Ventilar solo el tiempo necesario

Ventilar tu vivienda es fundamental para renovar el aire del interior, y más en los tiempos que corren. Sin embargo, esta tarea debe realizarse durante el tiempo justo, ya que dejar las ventanas abiertas en exceso conlleva un gasto energético extra y reduce la eficiencia de los equipos de calefacción. Se dice que para la ventilación normal diaria de la unidad de convivencia basta con diez minutos. Si hay invitados, por motivos Covid hay que ventilar alrededor de cinco minutos más cada hora.

Revisar el estado de los equipos de calefacción

Es importante que un profesional inspeccione los equipos de calefacción para optimizar su rendimiento y conseguir la máxima eficiencia, además de ahorrar en consumo. En determinados equipos, además, la ley obliga a hacerlo anualmente. Sea como sea, que nuestros calefactores estén en correcta situación solo aporta beneficios: menor consumo, seguridad, eficiencia, larga duración...

Usar dispositivos inteligentes

El termostato ha sido durante años el apartado básico de control, pero poco a poco se ha ido imponiendo la domótica, que permite el uso a distancia (por ejemplo, encender la calefacción de nuestra segunda vivienda pocas horas antes de que lleguemos). Los equipos con control Wifi integrado permiten un manejo a distancia desde cualquier estancia o incluso fuera de casa, por lo que aportan un mayor confort, ahorran tiempo y con ellos resulta más sencillo modular la temperatura. Además, contribuyen a un menor gasto energético.

Adecuar el 'termostato interior'

Aunque a muchos les guste estar en casa en invierno en pantalón corto, no es lo adecuado. Confort no es derroche. Hay ropa cómoda, casera y abrigada, que permite bajar uno o dos grados la temperatura programada, y eso puede suponer mucho dinero a fin de mes.