e L japonés Hirokazu Koreeda, director y guionista de El tercer asesinato, comienza desvelando que aunque su primera idea fue describir de forma realista el trabajo de un abogado, poco a poco cambió su rumbo. Tras hablar con varios letrados, había una frase que se repetía y que le llamó la atención: “No se descubre la verdad en los tribunales”. Y no solo eso, sino que “en la mayoría de los casos, tampoco se llegaba a saber la verdad”. “Me pareció muy interesante y fue entonces cuando pensé en rodar un drama legal en el que nunca se sabe la verdad”, concluye Koreeda.
El tercer asesinato es la historia de Shigemori, un conocido abogado que defiende a Misumi, acusado de robo con homicidio y que ya ha cumplido pena de cárcel por otro asesinato hace treinta años. Las posibilidades de que Shigemori gane el caso son escasas, ya que su cliente reconoce ser culpable, aunque esto probablemente signifique la pena de muerte. Pero a medida que desentraña el caso y escucha los testimonios del propio Misumi y de su familia, Shigemori empieza a dudar de la culpabilidad de su cliente.
Tras su estreno en el pasado festival de Venecia, en la sección oficial a concurso; y su paso por el Zinemaldia en la sección Perlas, el filme nipón debuta en salas comerciales. El guion se ha tejido como si de un puzle se tratase, según señala el director japonés, ya que él no juzga a los personajes. “Ruedo sin una perspectiva omnisciente. Parece que en géneros como el suspense y el drama legal esto no funciona, pero me empeñé en seguir igual que antes y este fue el mayor conflicto a la hora de escribir el guion”, manifiesta.
Entre abogado y acusado hay varias situaciones de tensión, sobre todo en las conversaciones que tienen lugar en la cárcel. Hirokazu Koreeda desvela que aunque en un principio se imaginaba estas entrevistas de la cárcel como “escenas demasiado estáticas, ya que eran dos espacios claramente divididos con personas sentadas en cada uno”, pero que finalmente vio como podían convertirse en “secuencias cargadas de emoción”.
Si bien el director nipón había acostumbrado a inspirarse en experiencias personales para escribir sus últimos proyectos -Después de la tormenta (2016), De tal padre, tal hijo (2013)- con El tercer asesinato se ha alejado de esto. “Quería un enfoque totalmente diferente, soy consciente de que llegará el momento en que no podré aceptar nuevos retos y me gustó la oportunidad de hacer una película así ahora”, defiende.
Koreeda reconoce influencias del cine negro en este último proyecto, jugando con los contrastes entre la luz y las sombras, alejándose de la luz natural, con la que había trabajado hasta esta película. “El director de fotografía, Mikiya Takimoto, me hizo numerosas sugerencias y nos inclinamos por el CinemaScope, lo que nos permitió rodar planos más cercanos y muy eficaces”, apunta el cineasta.
Por último, Koreeda reivindica que si bien normalmente en el cine la verdad se sabe al final, “en esta película solo acaba el procedimiento legal, pero los personajes siguen ignorando la verdad. Muestra que nuestra sociedad acepta un sistema imperfecto”, concluye. Tal vez el espectador averigüe la verdad del caso. O no.