Bilbao - El médico que certificó la muerte de la pequeña Yaiza -la menor de 3 años de Barakaldo cuyo fallecimiento en 2013 se le atribuye al padrastro- declaró ayer que para practicar la reanimación cardiopulmonar no se precisa “una fuerza excesiva”. El doctor que atendió a la menor explicó que en su experiencia profesional no conoce un caso en el que la maniobra de reanimación “deje marcas digitales en el cuello”, como los signos de dedos que presentaba Yaiza en esa parte del cuerpo el día de su fallecimiento. “Cuando llegamos, la niña ya estaba muerta, no respiraba, pero intentamos reanimarla”, aseguró el profesional sanitario, que describió cómo se realiza la maniobra. “Hay dos sitios en los que se toca; en la boca, para sujetar la mascarilla y en la mandíbula donde se apoya un dedo”, relató el facultativo.

La Audiencia Provincial de Bizkaia acogió ayer la segunda sesión del juicio con jurado popular contra Víctor Manuel D. S., el presunto asesino de la hija de su pareja entonces, Ruth S. J. R.. El día de los hechos, el acusado, que se encontraba solo con la niña, dijo que la menor se había golpeado tras caerse por escaleras del portal. El lunes, Víctor se retractó y declaró que “al abrir la puerta de la calle “le di un trompazo”. “Jamás pensé que la niña estuviera detrás”, confesó ante el juez.

El médico que el 3 de octubre acudió al piso donde estaba la menor no pudo determinar ayer la hora exacta en la que el acusado realizó la llamada al 112, aunque cree que fue sobre “las 17.30 o 18.00 horas”. Además, el facultativo aseguró que la ambulancia salió del parque de bomberos de Artaza, en Leioa, y que “en llegar a Retuerto, en Barakaldo, tardaría unos 5 o 6 minutos”, una afirmación que se contradice con lo declarado por el acusado, que dijo que la ambulancia tardó en llegar a casa “40 minutos”.

Además del médico, el jurado popular escuchó ayer las declaraciones de los ertzainas de Seguridad Ciudadana y de la Unidad Científica que realizaron las correspondientes inspecciones oculares en la vivienda y en la escalera, el lugar en el que según la primera versión del padrastro se había caído Yaiza. Los agentes relataron que cuando llegaron a la casa ya estaban los sanitarios atendiendo a la niña. “Estaba la madre y el padrastro” que, según describieron “estaba nervioso, sudando y repetía: ¿Por qué me ha pasado esto a mí?”.

Sospecha Los agentes que acudieron al domicilio de Retuerto relataron que respondieron al aviso “de una caída por las escaleras de una niña”. Tras indicarles el acusado que la pequeña se había caído, uno de los agentes inspeccionó el rellano de la escalera, y el otro entró a ver a la niña que estaba “en la cama, con una batita, tapada con una toalla y presentaba en la frente un marca regular de puntos y rayas”. Los agentes volvieron a mirar en el portal para comprobar si algún elemento correspondía con la marca que la niña tenía en la frente. “Nos parecía raro. En la escalera no había nada que correspondiera con el dibujo”, dijo el agente; una opinión que fue compartida por otros compañeros que también declararon ayer.

La marca en la frente despertó la sospecha y fue entonces cuando los ertzainas volvieron a entrar en casa y “nos dimos cuenta que podía ser la pared”, concretamente, el dibujo del papel del pasillo. Tomaron dos muestras de gelatina, uno “apoyando el molde y, el otro, pegando un golpe fuerte contra la pared. La segunda muestra nos pareció bastante parecida al de la marca de la frente”. Asimismo, los ertzainas que realizaron la primera inspección ocular volvieron a revisar a la niña, pero esta vez junto al patólogo. Fue entonces, según relató uno de los agentes, que además del dibujo de la frente vieron unas marcas que antes no las habían visto en el cuello de la niña y que, según la primera impresión del patólogo, se podían deber a que “la niña había sido agarrada por el cuello muy fuerte y lanzada contra la pared, o, a causa del masaje de reanimación”. Este agente también dijo que habló con los vecinos y que nadie “había visto, ni oído nada”, lo que se contradice con la segunda versión del padrastro cuando declaró que un vecino le avisó que la niña estaba llorando cuando bajó al coche por el móvil y el tabaco.

La tercera sesión del juicio contra Víctor M. D. S. se retoma hoy con la declaración de los forenses que revelarán las lesiones que presentaba la pequeña Yaiza el día de su muerte.