- El pasado no existe. Los aires de renovación en el PP no alcanzan a su digestión sobre la corrupción sistémica que sirvió de modus operandi en el partido de Génova. El discurso de su ahora líder, Alberto Núñez Feijóo, no se aleja del mantenido por su predecesor en el cargo, Pablo Casado, desdeñando, sin ir más lejos, los audios que han visto la luz y donde se revelan conversaciones del comisario José Manuel Villarejo con María Dolores de Cospedal, así como con Esperanza Aguirre. Respecto a las que atañen a la ex secretaria general de la formación conservadora, se sitúan en los primeros meses de 2013 y destapan los esfuerzos desde el Ministerio del Interior para ocultar el escándalo de la caja b que manejó Luis Bárcenas. Las que ponen en el disparadero a la expresidenta de la Comunidad de Madrid se remontan a 2014, cuando era candidata a la Alcaldía y trató de que se archivara la causa contra ella tras aparcar su coche en el carril bus de la Gran Vía madrileña. En ellas también hay referencias al que fuera su exvicepresidente, Alfredo Prada, al que califica como un “choricete” y dice que por eso lo echó. Feijóo se limitó ayer a manifestar su “respeto” por las investigaciones judiciales y minusvaloró lo publicado por el diario El País con el argumento de que es un asunto antiguo. “Si se quieren traer a colación grabaciones de hace una década, cada uno está en su derecho de traerlas”, zanjó.

Al líder popular se le interpeló expresamente por si reprueba el comportamiento de Cospedal al pedir ayuda a Villarejo para evitar la publicación de los papeles de la “libretita” del extesorero, cómo valora las llamadas entre el comisario y Aguirre, y qué piensa hacer el PP para evitar que estas prácticas vuelvan a producirse. Pero el dirigente gallego no se salió del carril de la indiferencia y se bastó con señalar que la formación que encabeza es “absolutamente respetuoso con el Estado de Derecho y con todo tipo de investigación judicial”. “Nuestra posición es conocida: vamos a seguir siendo respetuosos con las investigaciones judiciales y las decisiones judiciales que afecten al PP, a otros partidos y a otras instituciones”, reiteró Feijóo, quien ahondó en que su partido no adopta decisiones “en función de aquello que le perjudica o que les beneficia”. “Eso se lo dejamos a otros partidos”, lanzó.

El retorno de la corrrupción del PP a primera plana ha soliviantado a los socios de coalición en el Gobierno del Estado. La portavoz del Ejecutivo español, Isabel Rodríguez, emplazó a la nueva dirección de Génova a pronunciarse sobre unas grabaciones que, a su juicio, “ponen los pelos de punta”. La dirigente socialista apuntó que, a pesar de no ser “nuevas”, ese tipo de revelaciones producen “irritación” por mostrar que “en España hubo un Gobierno que utilizaba el Estado con fines partidistas”. “Convendría un pronunciamiento del principal partido de la oposición al respecto porque negarse a hablar de lo sucedido, no va a borrarlo”, consideró, y lamentó que todo ese escenario “sigue siendo un pasado muy presente” para el PP. El PSOE y sus socios parlamentarios demandaron explicaciones al equipo encabezado por Feijóo. Así, el portavoz socialista en el Congreso, Héctor Gómez, no cerró la puerta a la comisión de investigación sobre las conocidas como cloacas del Estado que demandan Unidas Podemos y sus aliados. La marca morada retó de paso al partido de Pedro Sánchez a dar apoyo a esta petición al estimar que los nuevos audios confirman que “van más allá” del caso Pegasus. Según su portavoz, Pablo Echenique, estos audios son “muy jugosos” pero “no revelan nada que no se supiera”: que el PP “utilizó las cloacas” y ahora la pregunta es si quedan residuos o si se limpiaron suficientemente”.

Esta vez, para intentar atraer a los socialistas, la comisión solicitada se centra en aclarar la existencia de un “entramado parapolicial” después de que la primera intentona, focalizada en Pegasus, no saliera adelante por el rechazo de PSOE, PP, Vox y C’s. Bildu cree que los audios de Cospedal ponen de manifiesto “la amplia red de corrupción del PP” y “la impunidad de las cloacas sin que las instituciones se atrevan a pararle los pies”. l

Plurinacionalidad

Alberto Núñez Feijóo entró ayer al trapo a su manera y describió que “España no es un Estado plurinacional” y que “el PP ha nacido para redactar, cumplir y defender la Constitución”. Así se expresó después de que el coordinador general de su partido, Elías Bendodo, asegurara que España es un Estado “plurinacional” y Catalunya una de las “nacionalidades” que lo integran, lo que desató los reproches en tromba desde Vox, y más con la campaña electoral andaluza en ciernes. Feijóo resaltó que “el debate no existe”. “Si lo que se quiere es aprovechar un error cada uno puede hacerlo, pero se ha rectificado al poco tiempo porque España ni lo es ni será un Estado plurinacional, sino una nación que garantiza la autonomía de nacionalidades y regiones”, manifestó.

Vox y Ciudadanos aprovecharon para acusar al PP de “equidistancia” y de pretender “contentar al nacionalismo” con las palabras de Elías Bendodo. Iván Espinosa de los Monteros, portavoz de la ultraderecha, azuzó a Feijóo por crear un “lío propio de quien no tiene las ideas claras”. La formación de Inés Arrimadas atacó al PP por asumir “las tesis, palabras y vocabularios de nacionalismo de Podemos, ERC y PNV”.