Zapatero dice que es Batasuna quien tiene prisa y que sus pasos aún son insuficientes
El presidente español mantiene que los movimientos de la izquierda radical podrían tener consecuencias
La frase levantó ampollas. "Los movimientos de la izquierda aber-tzale no van a ser en balde". Rodríguez Zapatero lanzó estas palabras en Moncloa, en la rueda de prensa en la que anunció la remodelación de su gabinete. Mucho se ha dicho y se ha escrito sobre el sentido de estas declaraciones. Unos días después, el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, quiso zanjar la cuestión insistiendo en que el Gobierno español no había cambiado una coma de su política antiterrorista y en que los movimientos de la ilegalizada Batasuna son "insuficientes". Pero la frase de Zapatero ha seguido inquietando a la oposición y ayer, en la sesión de control al Gobierno que se celebró en la Cámara Alta, la senadora María del Mar Caballero, de UPN, preguntó al presidente español cómo debían interpretarse estas palabras.
Un Zapatero especialmente serio y de rictus grave subió al estrado para acabar bogando a dos aguas: el presidente español considera los movimientos de Batasuna "insuficientes", pero afirma que sí pueden suponer "consecuencias". "De las declaraciones mías tengo que decirle que omite un matiz, no menor, y es que cuando valoro las proclamas, los últimos textos de Batasuna, lo primero que digo es que es insuficiente", afirmaba Zapatero dirigiéndose a Caballero. "Eso supone que, a pesar de que hemos oído cosas de Batasuna que, todos reconoceremos, no se oían habitualmente, no sirve, no vale. ¿Que puede tener consecuencias? Puede tenerlas", reconocía el líder socialista dejando sobre la mesa unas palabras que se diferencian poco de su anterior y polémica frase. De nuevo, quienes quieran, podrían ver en estas declaraciones una ventana abierta, un gesto, hacia los movimientos de la izquierda abertzale ilegalizada. De hecho, después de la intervención de Zapatero, el vicesecretario de Política Autonómica del PP, Javier Arenas, aseguraba en los pasillos que Zapatero, no fue "muy convincente" en sus aclaraciones. Arenas insistió en que el Ejecutivo socialista no se puede dejar "engañar" por ETA porque su "único objetivo es que Batasuna se presente a las elecciones municipales".
La senadora de UPN, María del Mar Caballero, planteaba a Zapatero que "se están produciendo toda una serie de declaraciones y desmentidos con motivo de los intentos de Batasuna de volver a las instituciones democráticas que han hecho saltar las alarmas en muchos ciudadanos que temen que el Gobierno, en su prisa por acabar con ETA, pueda volver a cometer errores pasados".
"Si alguien tiene prisa, que puede ser Batasuna, le puedo asegurar que el Gobierno y los demócratas no la tenemos", respondía el líder socialista. "La única prisa que tenemos es cumplir la ley, acabar con la violencia, respetar las instituciones democráticas y dar el respaldo a la memoria y al honor de las víctimas del terrorismo. Esa es la única prisa que tenemos", añadía.
Así, Zapatero, volvió a insistir en la idea que ha abanderado el Gobierno español las últimas semanas: o Batasuna condena la violencia de ETA o ETA desaparece. "Es el único camino para recuperar la presencia en las instituciones democráticas".
ACUERDOS CON BATASUNA En la línea de su pregunta al Gobierno, Caballero sacó ayer adelante una moción por la que se insta al Ejecutivo a rechazar acuerdos entre formaciones políticas "legales y democráticas" con organizaciones vinculadas a ETA.
El fragor informativo y declarativo que ha surgido la última semana en cuanto a ETA y a la izquierda abertzale ilegalizada ha sido enorme. Tocaba, por tanto, marcar tiempos y templar ánimos. Zapatero ayer hablaba de la prisa de Batasuna por mover hilos que le permitieran concurrir en las elecciones municipales. Pero aseguraba que el Gobierno español no tiene más prisa que la de cumplir la ley y acabar con la violencia. Además, hizo un llamamiento al resto de fuerzas políticas para no abrir debates que generen otro tipo de expectativas.
El presidente del EBB del PNV, Iñigo Urkullu ya apelaba a la prudencia y modulaba los tiempos el día anterior, cuando planteaba la sospecha de que ETA no cesaría tan fácilmente una acción armada que ha ejercido durante más de cincuenta años.
Cauto también se mostró el nuevo ministro de Presidencia, Ramón Jáuregui, que afirmó ayer ser "muy escéptico" con la posibilidad de un fin de la violencia y reiteró la importancia de no "especular más" y mantener así la "firmeza" y el "consenso" con todos los partidos democráticos. La portavoz del Gobierno vasco, Idoia Mendia, hizo un llamamiento a "no confundir los deseos con la realidad" porque "la realidad es que ETA no ha mostrado la intención de abandonar las armas", por lo que aseguró que los ejecutivos central y vasco mantendrán la política antiterrorista "que tan buenos resultados ha dado". En el mismo sentido se pronunció el consejero de Interior del Gobierno vasco, Rodolfo Ares, que lamentó "que se está hablando demasiado y se está especulando demasiado" sobre los próximos movimientos de ETA.
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