Duración 77 minutos; 25:27 de juego real.

Saques 8 de Galán por 5 de Luján y 5 faltas de saque.

Pelotazos Se cruzaron 513 pelotazos a buena.

Tantos en juego 12 de Gaubeka, 12 de Urkijo, 4 de Galán y 16 de Luján.

Errores 2 de Gaubeka, 7 de Urkijo, 7 de Galán y 14 de Luján.

Marcador 0-1, 1-2, 3-3, 7-4, 8-5, 9-7, 10-8, 11-9, 12-10, 15-14, 16-15, 24-17, 27-18, 28-25, 30-26, 31-27, 32-28, 32-31, 34-32, 35-33, 35-35, 36-35, 37-36, 41-37 y 45-37.

Incidencias Buena entrada en el Deportivo de Bilbao. Xabier Errasti, presidente de la Federación Vasca de Pelota y Jokin Alonso, secretario de la Federación Vizcaina entregaron las txapelas.

bilbao. Se les cayó a Urkijo y Luján la final con el estruendo de los truenos, como una muralla de cartón piedra, después de un ejercicio desesperado de busca y captura. Justo cuando lograron dar caza a Gaubeka y Galán después de un esfuerzo titánico -igualaron el duelo a 35 después de ir cediendo por 27-18- hasta entonces destacados, gozando de varios cuerpos de ventaja, se desplomó el zaguero cubano, que se pegó un tiro en el pie en el instante más inoportuno tratando de decidir a base de enérgicos pelotazos, a palo limpio. Se equivocó Luján porque la situación requería despegarse de los errores, aclarar las ideas y mantener la calma suficiente, justo lo que hizo en el meridiano del encuentro, cuando se mostró extraordinario e impulsó a Urkijo, que no le tomó la temperatura a la final. Josu no alcanzó su mejor versión en el duelo último, alejado de su despliegue en anteriores rondas, pero al menos no le perdió la cara al duelo.

una final a diez tantos El delantero de Zalla y Luján tuvieron la posibilidad de encaramarse al trono hasta los estertores de la final porque cuando peor pintaba el debate se agarraron a la supervivencia y se ganaron esa oportunidad de pelear el título. Sucedió que cuando la txapela era un partido a diez tantos, cuando partían de cero, el zaguero de La Habana hizo lo contrario de lo que reclamaba el sentido común, el salvoconducto para el trofeo. A la demanda de seguridad, de minimización de riesgos, Luján respondió con un exacerbado arrojo, un punto inconsciente, buscando el tanto en cada embestida, un negocio de muy complicada gestión ante la defensa y el saber estar de Esteban y Manu, siempre templados, bien complementados y sin fisuras. A Wladimir, calentada la sangre, revolucionado el pálpito, le empujaba el instinto, su corazón galopante. Su intención se estrelló de mala manera con un parcial de 10-2 ante la solidez y el sentido gremial de Gaubeka y Galán, que propusieron cemento, visión periférica y pulso de cirujano para gritar su éxito.