cuando la bocina resonó en el polideportivo de Castellón, acabó con la exigente prórroga de la final de la Copa, concluyó el dominio vasco en el balonmano femenino estatal. El Rocasa Gran Canaria logró ganar al Bera Bera por la mínima (19-20) y en el último suspiro de un duelo estirado al máximo por la igualdad. Fue entonces, en ese preciso momento, cuando la ikurriña dejó de estar en lo más alto del mástil. Y es que desde que en la temporada 2009 el Itxako navarro lograra el triplete -Liga, Copa y Supercopa-, y hasta la época de oro del Bera Bera, los conjuntos vascos gobernaron con brazo de hierro en todas las competiciones estatales. Durante siete años, ambos conjuntos se dividieron la gloria del balonmano femenino, primero fue el Itxako y después el club guipuzcoano; pero todo acabó el pasado domingo. La peregrinación de jugadoras destacadas a equipos extranjeros más solventes y los refuerzos de muchas escuadras de División de Honor han favorecido unos torneos mucho más competitivos. En este contexto, el Gran Canaria fue el primero en dar un golpe en la mesa y, aunque haya sido por la mínima, logró arrebatar la primera Copa al dominio vasco establecido desde 2009.
Fue ese año cuando el Itxako se hizo con el control total del balonmano. La Liga, la Copa y la Supercopa figuraban en sus vitrinas. No hubo equipo que se atreviera a toser al conjunto navarro, de hecho, no hubo equipo estatal alguno que se atreviera siquiera a intentarlo. Tan solo el Larvik noruego fue capaz de ganar al club navarro en la final de la Liga de Campeones. Así, nadie en España consiguió borrar la sonrisa a las de Lizarra. Pero lo que no logró el deporte, lo hicieron las deudas. La mala situación económica conllevó a la desaparición definitiva de un Itxako que lo había ganado todo y que dejaba sin cabeza a la corona de este deporte.
Entonces reapareció el guipuzcoano Bera Bera, campeón de Copa y Supercopa temporadas antes de que el Itxako se convirtiera en la reina del balonmano, y se hizo con el monopolio de los títulos. Con la ikurriña cosida a la manga de la camiseta azul, el dominio continuó siendo vasco. El equipo donostiarra consiguió dos tripletes consecutivos, todos los trofeos tenían grabado su nombre; y tan solo las escuadras europeas eran capaces de bajarle los pies a la tierra. Durante dos años lo ganó todo y todo parecía indicar que, líderes en solitario en Liga, esta temporada iba a ser igual. Hasta que llegó el Rocasa Gran Canaria. El equipo insular le disputó tanto la final de la Copa que le arrebató el título e incluso en la competición doméstica arremete con fuerza, puesto que las canarias se encuentran a tan solo dos puntos del liderato del Bera Bera.
próxima jornada Con la Copa finalizada, vuelve la División de Honor. Mientras que el Bera Bera viaja al feudo del Porriño (sábado, 18.00 horas) en busca de una victoria que le asegure el liderato una jornada más, el Prosetecnisa Zuazo visita al colista Castelldefels (sábado 19.30 horas).