PleNTZIA. La jornada boxística que Mampo Gym organizó el sábado en Plentzia discurrió plagada de sobresaltos, tanto dentro como fuera del cuadrilátero. Lo mejor de todo es que se pudieron ver magníficas peleas y el público salió complacido. Incluso algunos comentaron a la salida que les supo a poco. Buena señal.
La velada se presentaba cargada de alicientes, y pese a la baja del púgil local Iker Dorado, el resto de combatientes dieron la talla y se dejaron los bofes en una lona a ratos resbaladiza y traicionera.
Sendoa Arniz (peso pluma) tuvo que trabajar para superar al cubano Geisler Iglesias, que le dio bastante guerra, sobre todo en los dos primeros rounds, y Gonzalo Vitoria (peso welter) fue muy superior a un Kuprashvilli desdibujado, que en el último asalto fue un muñeco en manos del bilbaino. Vitoria, miembro del equipo olímpico estatal, desdibujó la estrategia rocosa del georgiano, que se mostró falto de recursos ante un oponente centrado y ágil, totalmente recuperado de la paliza que le propinó el asturiano Aitor Nieto en San Ignacio, hace poco más de una semana.
La tanda de combates neoprofesionales resultó igual o más espectacular que la de amateurs. En la primera pelea Kerman Marrazo Lejarraga tumbó a Dani Calzado en el segundo asalto. El bravo púgil de Morga tanteó a su rival en el primero, dejándole hacer, para mandarlo a la lona en el segundo. Merodeó unos minutos y propinó su dentellada fatal, un crochet de derecha que salió de la nada y dejó a Calzado descalzo de argumentos.
No obstante, Dani demostró que guarda mucho boxeo en sus guantes, y protestó la decisión de los jueces, quienes optaron por no dejarle seguir al entender que había sido noqueado.
El segundo combate neoprofesional se quedó en un amago, ya que Pablo Fuego Menéndez fue descalificado al abrirle la ceja a Andoni Gago con un cabezazo involuntario. Una lástima, porque la pelea prometía y en el primer asalto hubo de todo menos relajo.
'tanque' herido El último combate de la noche se hizo esperar por culpa de un borracho que se erigió en protagonista por unos minutos. Tras una pausa, que los organizadores aprovecharon para desalojar al pobre beodo, saltó al cuadrilátero el ídolo local, David Larrinaga, que se enfrentaba al campeón estatal junior, Sergio Tanque, en el peso semipesado (81 kilogramos).
Tanque aguantó el empuje de Larrinaga durante dos asaltos, y en los otros dos recibió un duro castigo por parte del plentziarra, que bailó cómodo alrededor del joven de Uribarri. Sergio acabó sin mordiente y pidiendo la hora, pero se defendió como un jabato, a pesar de la diferencia de kilos y de envergadura (el chico se presentó con cuatro kilos menos que Larrinaga) que había entre los dos contendientes. El gladiador de Plen-tzia suma así su decimocuarta victoria y pide a gritos combates más reñidos.