Bilbao. Uno, dos y hasta cuatro oros ha obtenido el estadounidense Ryan Lochte desde que comenzaron los Mundiales de Shanghai. El primero de ellos lo consiguió el martes en los 200 metros libres por delante de su íntimo amigo Michael Phelps. El segundo tuvo doble premio: además de imponerse de nuevo a Phelps, batió el récord mundial de los 200 metros estilos y lo estableció en 1:54,00.
Esas eran las dos únicas medallas de oro de las que Lochte podía presumir hasta ayer. Dos medallas que duplicó después de subir al cajón más alto del podio en las dos pruebas que disputó: 200 metros espalda y el relevo de 4x200.
En la prueba individual, el estadounidense, esta vez sin su amigo Phelps en la piscina, se llevó el metal más preciado por delante del japonés Ryosuke Irie y su compatriota Tyler Clary con un tiempo de 1:52.96, la marca más veloz desde la prohibición de los bañadores mágicos en 2010 y que supuso la medalla de oro número 100 de Estados Unidos en unos Mundiales.
Una hora después de que el neoyorquino añadiera esta medalla de oro a su palmarés, volvió a saltar a la piscina de Shanghai en busca de su cuarto metal. Esta vez no lo hizo solo, sino en compañía de tres compatriotas, entre los que se encontraba Phelps, para disputar el relevo de los 4x200. El de Baltimore fue el primero que nadó pero llegó con desventaja sobre Paul Biedermann y Yannik Agnel en el primer relevo, aunque lo supo recuperar su compatriota Vanderkaay en los siguientes 200 metros. Era un mano a mano entre Francia y Estados Unidos que en el tercer relevo cayó del lado francés gracias a la actuación de Stravius. Pero todavía faltaba el hombre revelación. Lochte disputó la última posta y, aunque tuvo que recuperar la desventaja, dio el oro a su equipo y paró el reloj en 7:02.67, casi dos segundos antes que Francia.