Los estudiantes de música obtienen mejores notas en Matemáticas, Ciencia y Lengua. Esta es una de las conclusiones de un estudio que ha publicado la revista Journal of Educational Psichology de Estados Unidos. Los investigadores que han dirigido el análisis, realizado en base a los registros académicos de 112.916 alumnos, destacan que “de media los menores que aprendieron a tocar un instrumento musical durante muchos años y ahora tocan en una banda y orquesta del instituto de Secundaria tienen el equivalente a un año de adelanto respecto a sus pares en capacidades de Inglés, Matemáticas y Ciencia”. Y, sin embargo, la música sigue siendo una asignatura maría en la mayoría de los sistemas educativos. El profesor de la canadiense Universidad de Columbia Británica Peter Gouzouasis, uno de los expertos autores del trabajo, destaca que aprender a tocar un instrumento musical y hacerlo en un grupo “es muy exigente”. “El estudiante debe aprender a leer las notas musicales, desarrolla la coordinación ojo-mano, profundiza en las capacidades de escucha y de trabajo en equipo, y desarrolla disciplina para practicar”, destaca. Es decir, todo un compendio de habilidades muy aplicables al resto de áreas académicas. Así que echar la música al cesto de las asignaturas marías es hacerle un flaco favor a los alumnos y a las posibilidades de mejorar su formación en otras materias, esas que la ortodoxia pedagógica tiene a día de hoy como prioritarias.