¿Hasta qué punto los primeros cuatro años de la vida determinan el resto de la existencia?

—El apego y la función reflexiva parental son claves en la primera infancia. Esos años tienen una influencia muy importante para la vida pero no determinante, ya que, aun con experiencias difíciles en los primeros años, hay circunstancias y relaciones que pueden reparar este impacto en la edad adulta.

¿Es posible hacer que esos cuatro años preparen mejor a las criaturas para el futuro?

—Es posible, fortaleciendo la relación de apego. Es necesario ayudar a padres y madres a entender y atender las necesidades específicas de la crianza, especialmente cuando sobreviene una situación de estrés económico, convivencial, falta de apoyo social... A veces, también por la propia historia de apego de las figuras de cuidado en su infancia.

¿Qué papel juega el apego?

—Un papel clave, el apego influirá en cómo nos relacionamos con el mundo: más desde la protección, del ataque, de la huida, o desde la seguridad.

¿Un apego excesivo podría llevar a la dependencia de bebé?

—Cuando hablamos de apego, no hablaríamos de escaso o excesivo, sino del tipo. En el caso de la sobreprotección, hablaríamos de un apego temeroso en la edad adulta, que sí podría generar relaciones de dependencia.

Habla de figuras cuidadoras. ¿Quiénes pueden tener este papel? ¿Todas con la misma intensidad?

—Las principales figuras de cuidado son la madre y el padre o quienes ejercen esa función. Es en esa relación en donde se forma el apego.

¿Cómo influye la situación mental de las personas cuidadoras en el niño o la niña?

—La crianza requiere de estar disponibles, y el sufrimiento a nivel de salud mental (ansiedad, depresión, estrés), limita la capacidad de atender y comprender los sentimientos, pensamientos, etc. Limita lo que llamamos la mentalización.

Destaca la importancia del ‘mindfulness’, que todavía es un gran desconocido...

—El mindfulness es conocido como técnica para reducir el estrés, sin embargo, su potencial terapéutico es mucho mayor, ya que sería un paso previo necesario para sintonizar con nuestro cuerpo y poder mentalizar. El mindfulness nos ayuda a conectar física y mentalmente para resonar con la emociones de nuestros hijos o hijas.

¿Todas la madres y todos los padres están en condiciones de poner en práctica lo que propone?

—Sí, podemos mejorar la capacidad de mentalizar y sabemos científicamente que eso mejoraría las consecuencias negativas de un apego inseguro en la infancia. Por eso es importante la creación de programas específicos de cuidado y apoyo a la parentalidad, a través de la mejora de la mentalización. Proteger a quien tiene el encargo de proteger.

¿Es compatible una crianza sana con las condiciones sociolaborales actuales?

—Sin duda, las condiciones sociolaborales actuales hacen la crianza difícil. El estrés nos activa y eso es incompatible con estar receptivas y receptivos física y psicológicamente. Eso explica que tengamos menos paciencia y sintonía cuando sentimos cansancio, estrés y preocupaciones.

La buena noticia es que podemos aprender y mejorar.