LA firma del memorando de cooperación entre el Gobierno vasco y la Mancomunidad de Iparralde que el lehendakari, Iñigo Urkullu, y el presidente de la Communauté Pays Basque, Jean-Rene Etchegaray, acordaron el pasado marzo y rubricaron ayer en Gasteiz, institucionaliza un avance histórico en las relaciones entre los territorios y sociedades de ambos lados del Bidasoa. La posibilidad de llevar a cabo y desarrollar proyectos conjuntos en áreas tan diversas como movilidad transfonteriza, enseñanza superior e investigación, cultura y euskera, desarrollo económico, turismo, medio ambiente, agricultura, biotecnología... fortalece el núcleo vasco dentro de la Agrupación Europea de Coordinación Territorial o Eurorregión que Euskadi, Aquitania y Nafarroa conforman dentro del Eje Atlántico Europeo. Y debe contribuir a la vertebración de nuestro país desde la constatación de que Hegoalde e Iparralde coinciden en valores e intereses y poseen la voluntad política de compartir el reflejo de los primeros y la respuesta a los segundos desde una concepción de Europa más cercana a los ciudadanos. A la espera de que otros agentes responsables de la culminación de proyectos que nos atañen y afectan -entre los que la interconexión de alta velocidad no es un ejemplo menor- cumplan con sus compromisos, la colaboración en iniciativas (la pretensión de acoger la salida del Tour 2023 entre ellas) supera esa muga que se difumina en el ánimo de las sociedades de sus dos márgenes, que asimismo se diluye dentro de una Unión Europea en periodo de redefinición por el proceso del Brexit. Y permite incluso empezar a pensar en el diseño en el ámbito de la futura Europa de una nueva presencia vasca, más amplia y acorde con la histórica realidad social, cultural y económica que se engloba bajo la definición de Euskal Herria. La incipiente articulación institucional de esa voluntad a través del memorando rubricado ayer por el Gobierno vasco y la Mancomunidad de Iparralde supone asimismo la constatación de la creciente capacidad de decidir y hacer conjuntamente en el desarrollo de la sociedad vasca a través de una cooperación que se sobrepone a las dificultades impuestas por estructuras estatales de organización jurídica diferente que se convierten tantas veces en rémora.