L Athletic, al amparo del factor campo, se tomó la revancha sobre el Barcelona, su verdugo de cabecera en la Copa, con una actuación vibrante que enardeció a la afición y cuyos efectos habrá que observar con atención en el futuro inmediato. El equipo de Marcelino tiene desde anoche un partido de referencia para enfocar lo que resta de campaña, no solo en este torneo sino también en la liga. Quedó demostrado una vez más que la interpretación adecuada del juego es aquella que nace de la convicción de que no hay por qué temer a nada, de que la fórmula ideal para que los rojiblancos ofrezcan su mejor medida solo brota de la ambición y el arrojo. Ir de cabeza a por el triunfo es el idioma que peor entienden y asimilan los rivales, en especial los más potentes.

El Barcelona sufrió como un perro el frenético planteamiento de su oponente, forzado a invertir toneladas de sudor en tareas que nunca son de su agrado. Desde el comienzo afloró esa versión de rompe y rasga que ha sido llave de los éxitos más celebrados del Athletic. Ritmo altísimo, solidaridad a prueba de bomba de todos sus integrantes y atrevimiento para percutir a la mínima. Refractario a la especulación, el cálculo y el tanteo, el cuadro rojiblanco funcionó como un solo hombre y su propuesta resultó muy indigesta para los azulgranas, sometidos en amplias fases al nervio y la decisión de una anfitrión con la vista fija en Ter Stegen.

Las mejores imágenes del Athletic 3 - 2 Barcelona. Fotos: Borja Guerrero y Juan LazkanoEspectáculo de muchos kilates, a ratos equilibrado, más en apariencia que otra cosa, pues el balance de oportunidades generadas en cada portería desmentiría esa impresión que por momentos logró transmitir el Barcelona gracias a su calidad en el manejo del balón. La pena fue que, para variar, la puntería no estuvo lo afinada que el derroche invertido reclamaba. Apuntar que el Barcelona forzó la prórroga al convertir sus dos únicos intentos, mientras que el Athletic coleccionó no menos de una docena de aproximaciones peligrosas. Habrá que conceder que este es el precio a abonar cuando enfrente hay un grupo tan selecto de jugadores, pero sin duda el hecho de que hubiese que disputarse el tiempo extra en absoluto hizo justicia al concienzudo trabajo que hizo el Athletic.La clave, como se ha señalado, fue la capacidad mostrada para revolucionar el encuentro y, claro está, aguantar semejante tute, dando una imagen de entereza con la que es imposible no identificarse. Este plan sí encaja con la personalidad del Athletic, con las características de sus piezas, que da un poco igual cuáles sean. Se pudo comprobar que es perfectamente viable retocar la alineación sin que ello vaya en detrimento del potencial, que la plantilla cuenta con alternativas de sobra, que hay gente válida pese a que carezca habitualmente de protagonismo y que el efecto contagio que propicia un plan presidido por el convencimiento, por la fe en las propias fuerzas, es una baza de valor incalculable. La pena es que en ocasiones se opta por una idea que recorta el vuelo que este equipo puede lograr. Cuando no es así y se da rienda suelta a la ambición, brota el Athletic más competitivo, un colectivo voraz, imparable.El capitán ejerció de capitán, con un derroche impresionante y criterio. Autor de dos de los goles para él serán gran parte de los halagos, pero es de justicia ponderar el despliegue de la pareja de medios. Dani García, que ya fue uno de los más entonados en la Supercopa, volvió a dar una lección de juego posicional, espíritu combativo y visión. A su lado, Vesga brilló en una labor acaso menos vistosa, pero impagable ante la selección de peloteros que puso en liza Xavi Hernández. Ambos impusieron su ley con la generosísima colaboración del resto. Particularmente llamativo fue el poderío coral para hacer el repliegue a una velocidad vertiginosa, baza que desactivó la amenaza de un Barcelona que su pasó muchísimos minutos tratando de explotar la contra, ante la imposibilidad manifiesta de hacer suya la iniciativa. Esta fue de un Athletic que gobernó el duelo con una perseverancia digna de encomio. Más no se le podía pedir.

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Las mejores imágenes del Athletic 3 - 2 Barcelona

Espectáculo de muchos kilatesLa pena fue que, para variar, la puntería no estuvo lo afinada que el derroche invertido reclamabael Barcelona forzó la prórroga al convertir sus dos únicos intentosla capacidad mostrada para revolucionar el encuentro y, claro está, aguantar semejante tute comprobar que es perfectamente viable retocar la alineación sin que ello vaya en detrimento del potenciall Athletic más competitivo, un colectivo voraz, imparable.

El capitán ejerció de capitán, con un derroche impresionante y criterio Dani Garcíalección de juego posicional, espíritu combativo y visiónVesga brilló en una labor acaso menos vistosaEsta fue de un Athletic que gobernó el duelo con una perseverancia digna de encomio. Más no se le podía pedir.