OCA cosa se pudo sacar en claro de las manifestaciones que ayer hizo Aitor Elizegi en Suiza con su genuino estilo, donde los deseos, las valoraciones y los mensajes grandilocuentes se mezclan caprichosamente para desenfocar los hechos y cuestionar las sensaciones más extendidas en el entorno del club. No cerró la puerta a intentar su reelección el próximo verano, pero eludió ser más preciso pese a que aseguró que el balance de lo realizado hasta la fecha le hace sentirse satisfecho. Sin embargo, añadió que aún su directiva debe "consolidar muchos proyectos". Afirmación que a estas alturas de mandato quizá suene inoportuna si de verdad en su fuero interno bulle la idea de mantenerse en Ibaigane.

Al precisar que el primer proyecto que le interesa apuntalar es "el de Marcelino", se entiende que se refiere a que, después de tres intentos vanos, el equipo cumpla con la "obligación" de entrar en Europa. Será eso porque resulta improbable que Marcelino se plantee seguir en el Athletic, lo cual no quita para que de aquí a mayo los intereses del club y del entrenador converjan en la consecución de una plaza continental. Sería positivo para todas las partes, Elizegi incluido por supuesto.

En el análisis deportivo de su mandato, el presidente aludió a la regeneración de la plantilla como atenuante o explicación, pero si se repara en el bloque de los titulares vigente en estos tres años se observa que prácticamente es el mismo. Sí que hay bastantes jóvenes en el grupo, aunque todavía figuran en un segundo plano y está por ver si elevan su presencia en los meses venideros. A la espera de acontecimientos, apuntar que las renovaciones de los veteranos abordadas por la directiva son muy reales.

Mencionar la renuncia a disputar en verano de 2020 la final de Copa con la Real "que podría haber sido la puerta a Europa" en la misma frase que las tres finales disputadas el curso anterior, es de nota. Churras y merinas. Que se sepa fue el club quien apostó por el aplazamiento sin medir las consecuencias, ninguna beneficiosa se mire como se mire, de antemano y a hechos consumados, para ahora rememorar esa mala gestión como si de un logro se tratase.

Los "cerca de 50 millones de euros" en pérdidas por la pandemia, mejor dejarlo estar porque en cada intervención de Elizegi la cifra crece y crece. Veremos en cuánto está en mayo. Según especificó, los principales lastres son San Mamés cerrado y la imposibilidad de "explotar el anillo", ese anillo que prometió transformar en un espacio de concordia y solidaridad en clave rojiblanca.

Para remate, su breve juicio sobre Muniain, el capitán. Una firme defensa de "un activo del Athletic" que permite conocer por fin cuál es el criterio institucional y cuán distante se encuentra Elizegi del sentir del cuerpo social al que representa.