N los viejos tiempos se manejaba una fórmula que por aquel entonces funcionaba de lo lindo en el Athletic: la presidencia, de la Margen Derecha; los jugadores, de la Margen Izquierda. Quería decirse que era ventajoso tener a alguien en los despachos con pocas preocupaciones y la vida resuelta, atento tan solo a la gestión del club. De la misma manera que el hambre, el ansia de llegar al Athletic para cumplir el trepidante sueño de niño de vestir la rojiblanca o para sacar adelante una familia (en muchos casos, las dos vertientes comulgaban...) era un acicate, la garantía de que el futbolista se iba a dejar el cuerpo y el alma jugando al fútbol. Hoy a los candidatos ya no se les pide corbata (es una metáfora, no se me alteren los más clásicos...) sino capacidades de gestión y mano izquierda con los representanes y muchos futbolistas llegan al primer equipo con la vida resuelta. O por lo menos con lo que usted, tú o yo consideraríamos la vida resuelta. La fórmula ha envejecido y ya está marchita.

¡Ha cambiado todo tanto! Reinan en el fútbol jugadores de treintaytantos años con capacidades físicas inimaginables (se supone que si llegaron al trono las futbolísticas ya las tenían...), cuesta dar con la tecla de la motivación entre quienes lo tiene todo ya; los entrenadores tienen toda una escudería a sus espaldas y resulta más interesante un presidente que posea un Master Executive MBA bien acreditado (la alternativa es tener un Estado petrodólar que les respalde...) que uno de esos apellidos de toda la vida que eran garantía de que las cosas se harían "como Dios manda".

Con todo, algunos gestos permanecen inmutables. Las próximas elecciones del Athletic las ganarrán un entrenador y/o unos fichajes que ilusionen. Como siempre. l