sí pero no

Es una gran noticia que desde la divergencia EH Bildu haya optado por el realismo en una operación inédita de consenso, cuyo resultado suma 253 millones de euros y la aceptación de tres de las seis condiciones políticas planteadas por la coalición. Es fácil de entender un desenlace satisfactorio cuando en la negociación se logra buena parte de lo demandado, pero debe ponerse en valor que EH Bildu haya decidido la opción arriesgada de apoyar las Cuentas de su más notorio y frontal adversario. Una decisión que muy probablemente provocará críticas internas de los más recalcitrantes y duros reproches de la mayoría sindical.

Además de este encuentro con la realidad, de la coherencia con su comportamiento en Madrid y Nafarroa, para mejor entender el paso dado por EH Bildu habría que tener en cuenta la retirada atolondrada de Elkarrekin Podemos -formación en principio elegida por el Gobierno como apoyo preferente-, que se apartó de cualquier intento serio de acuerdo, constatando el vértigo padecido por Miren Gorrotxategi al imaginar las embestidas de ELA y LAB, el pánico ante el ataque implacable de los que ahora, precisamente, van a apoyar las cuentas. Decididamente, Elkarrekin Podemos no podía volver a ser acusado de ser la muleta del PNV. Y ahí ha quedado, aislado, en el rincón sombrío de PP, Ciudadanos y Vox.

Acordando con el Gobierno la abstención y ampliar así el apoyo a las cuentas, la decisión de EH Bildu es de gran calado político y ayuda a la coalición independentista a su normalización plena. Se libera así del desgaste de imagen que suponía el permanente reproche que desde el PNV se le venía haciendo por la incongruencia de sustentar los Presupuestos en Iruñea y en Madrid mientras rechazaba cualquier apoyo en Gasteiz. La abstención suaviza las tensas relaciones entre la coalición y los ejecutivos presididos por el PNV. Es, por tanto, una buena noticia y un paso adelante en la normalización de la política vasca en la que se demuestra que la confrontación no es el único camino.

Por último, esta conclusión satisfactoria de las negociaciones es también un episodio positivo para la portavoz parlamentaria de EH Bildu, Maddalen Iriarte, notoriamente apagada en los últimos tiempos, que puede ver gratificada su labor tras haber intentado sin suerte por dos veces su candidatura a la Lehendakaritza. Podrá, al menos, llevarse esta medalla.