Haber metido en un mismo saco a los mejor dotados y motivados con los demás ha sido un error gravísimo, protagonizado por predicadores del pensamiento único cuyos resultados padecemos todos los demás. Nos han creado una sociedad titulada pero mediocre o pésimamente formada, lo que traduce en una casta dirigente que refleja esa realidad. Mal porvenir el que nos aguarda por haber cometido el error de hacer creer que todos somos iguales en capacidades. Ni siquiera somos iguales ante la ley... y eso también es grave.