A juicio del polifacético Noah Chomsky “la lengua es libertad”. Junto a la historia, nos ayuda a comprender la formación y composición de los diferentes pueblos. Una de las principales cuestiones del Estado español, se centra en el reconocimiento de su diversidad cultural y linguística. Sus instuticiones centrales carecen de proyectos plurilingües.

Junto al castellano conviven,en nuestro entorno, el catalán, el gallego, el euskara, el aragonés y el astur-leonés, consideradas como realidades vivas, reconocidas por la Carta Europea.

Para su gestión y desarrollo, diversas entidades y representantes de minorias lingüísticas de nuestro continente, firmaron en diciembre pasado, con motivo de la capitanidad Europea de Donostia 2016, un manifiesto para impulsar y garantizar todas las actividades idiomáticas.