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La sensibilidad de la consejera

Se cumplen diez años de la muerte de Eduardo Chillida y no veo que el Gobierno vasco se haya enterado. Hace unos meses la ilustre consejera de Cultura decía que no sabía cómo ponerse en contacto con la familia Chillida.

Ahora ya no debe leer los periódicos, porque no ha sido capaz de proponer nada para sumarse a este décimo aniversario. ¿Será que está haciendo cajas para dejar el despacho y las lágrimas le empañan la vista? Eduardo Chillida es un icono de la cultura vasca. Muchos artistas vascos han bebido de su arte... Eso debe ser reconocido, respetado y cuidado. Pero de donde no hay no se puede sacar.

Váyase, señora Urgell, y deje que alguien con conocimiento, capacidad y sensibilidad dirija ese departamento. Ya ha hecho bastante daño a la cultura vasca, sobre su conciencia y su mala gestión queda el cierre de Chillida Leku y su mal comportamiento en el décimo aniversario del fallecimiento del artista vasco más universal.