PARA las descreídas como yo, ver dos curas jóvenes le hace confiar en las vocaciones en tiempos de éxito y rentabilidad profesional. En una era de crisis de vocaciones religiosas, los nuevos sacerdotes son ejemplo de perseguir metas más allá de la cultura social o la masa homogénea. Su rareza es su felicidad y además sirven al psiquiatra universal que es Dios en todas sus formas porque "te acompaña y no estás solo". Pertenecen a una antigua institución y no parecen esclavos de la felicidad, será porque tampoco lo son de Instagram. l