Vale que para ser un tipo decente no haga falta ser un santo y que, en el subidón de un negocio exitoso -hasta legal- puedes dar la sensación de que se te ha ido un poco la pinza. Ahí está Alberto Luceño, que, calentón mediante, resumió el contrato de material sanitario para el Ayuntamiento de Madrid con un explícito "pa la saca". Que a lo mejor no es indicio por el que debamos anticipar el resultado de la investigación por fraude en la que está. Eso sí, que tu socio -Luis Medina- se lleve su millonaria comisión del negocio a Países Bajos de tapadillo en cuanto la cobró muy de tener la mente limpia tampoco es.