Les debemos a nuestras hijas y nietas un mundo mejor, siendo la igualdad el estandarte a proteger y alimentar.

La avalancha talibán en Afganistán contra las mujeres y las niñas tiene que tener el más absoluto rechazo de las sociedades que miran a un futuro más humano.

El grupo dirigente talibán ha estado estos años acogido, asistido y respaldado en Qatar y ha vuelto a Afganistán con todo la dureza de la sharia -aplicación estricta de la ley musulmana- contra los colectivos vulnerables de mujeres y niñas.

Creo que la sociedad democrática no debe permitir semejante atropello y ha de dar una respuesta contundente.

En la próxima Asamblea del Athletic, como compromisario que soy, voy a presentar una propuesta de boicot al Mundial de Qatar del año que viene.

La campaña la iniciaría el equipo femenino del Athletic con la pretensión de extenderla por la liga femenina y ampliándolo a la masculina para que se adhieran a la iniciativa.

Posteriormente se llevarían a las Asambleas territoriales y finalmente a la propia RFEF pidiendo el acatamiento y, por tanto, posición activa de boicot.

Sería interesante, en paralelo, que en todos los países en los que, por lo menos formalmente, se respetan los Derechos Humanos, se sumaran a esta iniciativa, liderada por el Athletic, que daría fin a este Mundial de la vergüenza.

Somos un club de valores; hagámoslo valer.

Un boicot real que plantee la situación de la mujer en su derecho real en este mundo globalizado.

No quiero ser maximalista, habrá que crear grupos de trabajo para abordar en positivo este estado de cosas y buscar una evolución real, que ponga en marcha una política de defensa de los Derechos Humanos de la mujer en el deporte y en todos los ámbitos de la Sociedad, de igual a igual, en beneficio del conjunto de la Comunidad Mundial.

El autor es socio compromisario del Athletic Club