A fuga de la velocista Krystsina Tsimanouskaya retrata la Bielorrusia de Lukashenko. Es una historia de nepotismo -el hijo del presidente decide en el deporte-, de ineptitud -no ha cumplido los controles antidopaje de sus atletas-, de arbitrariedad -para taparlo obligan a otra atleta a competir fuera de su categoría-, de dignidad -la atleta se queja y lo denuncia-, de represión -la obligan a volver a Minsk-, de manipulación -lo atribuyen a su "estado emocional y psicológico"-, de miedo -sabe lo que le espera en Minsk-, de supervivencia -su marido ha huido a Ucrania-. Krystsina corre por su vida.