L pueblo cubano que digna y legítimamente -y aquí sí que legitimidad y legalidad son diferentes- reivindica en la calle pan y libertades, que pasan por un gran cambio en el régimen, tiene un enemigo evidente pero también presuntos aliados que en realidad son negativas rémoras para su causa. Y no solo EE.UU., con su embargo y sus peligrosos e ilegítimos -e ilegales- jugueteos y el no menos turbio exilio oficial de Miami. Esa derecha extrema contamina y debilita sus demandas. Pablo Casado, por ejemplo, en la marcha de ayer en Madrid. Aun así, Patria y Vida.