OS hosteleros deben distinguir bien entre sus legítimas demandas de ayudas ante el cierre obligado de sus negocios con un mal entendido exceso de victimismo un tanto negacionista respecto tanto a sus locales como lugares de contagio fácil como de la efectividad de la medida. Y, también, deberían diferenciar el apoyo solidario de la ciudadanía del que se deriva del interés puramente político de algunos. En Nafarroa la hostelería también está en pie de guerra (lo dicen ellos mismos), llevan quince días cerrados y exigen asimismo ayudas que "no llegan". Por comentar.