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Reinos de taifas

Es triste comprobar que, en política al menos, el dinero puede llegar a ser un factor de unidad mucho más potente que la voluntariosa lucha contra las desigualdades sociales. Y digo esto al ver con qué tranquilidad se pasea el señor Rajoy de un lado para otro, a pesar de la presunta mochila de basura que carga sobre sus espaldas y de la llegada, por la derecha, de la cuadrilla de Ciutadan’s. Y es que, mientras la izquierda siga descomponiéndose en múltiples reinos de taifas, el impasible cabeza visible de tan aparente neo-dictadura pseudo-democrática como la que asoma por España, podrá permitirse el lujo de seguir quemando sus puritos, sin inmutarse. Mayor varapalo que el recibido en Catalunya, de la mano de una ciudadanía catalana a la que el mismo convocó, difícilmente podrá darse. Y, sin embargo, ahí sigue nuestro hombre como si nada hubiera pasado. ¿Autocrítica? ¿Para qué, si en el horizonte no hay quien pueda jubilarle?

Si alguien tiene que hacer la tal autocrítica, son precisamente quienes lideran los PSOE, PSC, PSE, Podemos, En Común, Compromís, Mareas, IU? y demás reinitos de taifas españoles, presuntamente progresistas, maestros en eso de? dividir para perder. Es una pena pero, al parecer, de tanto mirarse al ombligo, han acabado olvidándose de demasiada gente que ha puesto su esperanza en ellos. Es decir, de quienes les han aupado a unas poltronas, en las que parecen encontrarse muy cómodos, haciendo poco más que postularse ostentosamente como de izquierdas. ¿Qué tal si le damos alguna vuelta más a eso de la unión hace la fuerza?