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El abuso a los niños

Escribo a cuenta de los carteles que desde hace días adornan algunas marquesinas del País Vasco con un dibujo y un lema: “Las niñas tienen pene y los niños tienen vulva”. Bajo dicho lema, un párrafo donde presenta la asociación que busca ayudar a los niños que pudieran encontrarse en esa tesitura. ¿De qué ayuda se trata? ¿De facilitarles la operación de cambio de sexo? ¿A un menor? ¿En la infancia? ¿Un niño o niña tienen la suficiente madurez para decidir, sin equivocarse, algo de tan profundo calado? ¿Quién les arroga a los padres el derecho a interpretar los deseos de sus hijos de esa forma? ¿Quienes somos para decidir algo así por ellos? ¿Y si en un futuro cambian de decisión? No entiendo que en una sociedad avanzada como la nuestra, desde donde tanto luchamos por eliminar abusos como la ablación en las niñas, podamos jugar así con algo tan trascendente como la identidad sexual de los menores. Creo, sinceramente, que hemos de enseñar a nuestros hijos a respetar a todos. Sin embargo, creo también que los únicos que deben decidir conscientemente sobre sí mismos son ellos y, para eso, es imprescindible que cuenten con la madurez suficiente. Y la madurez se adquiere con la edad y el conocimiento.