El TJUE saca los colores al Supremo
De nuevo el TJUE ha dado un buen repaso al impresentable Tribunal Supremo al revocar su sentencia sobre las cláusulas suelo que limitaba las devoluciones de los cargos indebidos al año 2013. Su base jurídica era tan frágil que en su afán de impartir justicia, ha invocado los perjuicios económicos que supondrían a los bancos en caso de que las reclamaciones no tuvieran límite de fecha. El TJUE rechaza su visión paternalista y extrajudicial y falla que deben ser devueltos los excesos cargados desde la firma de los contratos cuyas cláusulas suelo considera abusivas. Roza el esperpento que en los considerandos que esgrime nuestro más alto tribunal argumente que los perjuicios generarían un grave quebranto para los bancos. Lógico, hay que proteger nuestro sistema financiero que está liderado por caballeros honorables y patriotas, aunque sea basándose en interpretaciones de nuestra tradicional picaresca. La sentencia del Supremo reconoce los derechos de los ciudadanos, pero determina que se supediten para proteger un bien superior, que constituye una cuestión de Estado y por ello limita el derecho a reintegrar la totalidad de los fondos ilegítimamente cobrados. Es justo, pues los españoles tienen la costumbre de no leer la letra pequeña de los contratos que firman. Dicen que es muy aburrido y que no se entienden. Es misión excelsa y callada de los dignísimos jueces que componen este Tribunal, pues utiliza argumentos peregrinos, ajenos a los principios de derecho que tanto invocamos para demostrar que España es un Estado de derecho consolidado, como tantas veces nos recuerdan nuestros líderes y jueces que velan por nuestra seguridad jurídica más de lo que pensamos. Y el malvado iconoclasta ahora se preguntará, para malmeter, si los miembros del Supremo que han juzgado y sentenciado, que ha sido revocado y ridiculizado por el TJUE no deben responder por su falta de imparcialidad al haberlo emitido a sabiendas de la carencia de fundamento en principios de derecho y sí protegiendo intereses de los banqueros con la disculpa de los perjuicios económicos nacionales. Porque ¿aplicar normas sin fundamento jurídico, solo a base de presiones que son punibles por su propia naturaleza, no es prevaricar?