Si les suena extraño el título que he tenido a bien poner a esta carta, no se asusten, es completamente normal, el título suena harto extravagante e incluso ridículo, ¿verdad? Lo sé. Semejante lapidación al título de una canción tradicional, archiconocida y verdaderamente popular como esta solo puede ser debido -deben estar ustedes preguntándose- a alguna ocurrente broma sin importancia. Básicamente sí, pero permítanme que les plantee la situación de manera inversa y entenderán que -pobre de mí- no encuentro manera humana mejor para hacerme entender. Y es que si a ustedes les duelen los oídos si alguien les cambia la letra de nuestra canción -o de cualquier otra que pudiera ser más de su agrado- imagínense cuan doloroso puede resultar una permutación recurrente y constante del nombre de tu equipo preferido de fútbol cuando uno se dispone a ver, o escuchar, una retransmisión en la que se enfrentan, según el comentarista de turno, “el Bilbao” contra cualquier otro equipo. Por dicho motivo -y no sin abandonar el tono irónico-socarrón- pido a los responsables de dichas retransmisiones, tertulias o sucedáneos deportivomediático cualquiera que sea su forma, normalicen y unifiquen criterios denominando a cada cosa por su nombre. Si después de tanto tiempo no han tenido a bien saber que Athletic es la manera correcta de referirse al equipo balompédico fundado en 1898 en la ciudad también conocida como el botxo. De este modo, el Athletic será el Bilbao (o Atlético de Bilbao, ¡como algunos se empeñan todavía en decir!), el Racing será el Santander, la Real será el San Sebastián (o el Donostia, depende del medio), el Celta será el Vigo, el Depor, el Coruña, etc.. A buen entendedor, pocas palabras bastan.