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Suresnes y Mendia

El debate sobre el derecho a decidir estuvo presente en días pasados en el pleno del Parlamento Vasco en el que se sacó adelante una resolución con la que la Cámara de Gasteiz reconocía la vía catalana y defendía que el único límite del futuro de los pueblos es la voluntad ciudadana. La nueva líder de los socialistas vascos, Idoia Mendia, provocó que las bancadas jeltzales y de la izquierda abertzale se removieran de indignación al escuchar lo manifestado por esta: “No creo que se pueda ser demócrata y defender el derecho a decidir”(sic). Quizá la señora Mendia es desconocedora del tan renombrado Congreso de Suresnes que su partido celebró entre el 11 y el 13 de octubre de 1974 en el teatro Jean Vilar de dicha localidad francesa,colindante con París, el decimotercero de los celebrados por el PSOE en el exilio, y está reconocido por ser el que cambió la orientación política e ideológica del partido socialista poco antes de la transición española. Entre las numerosas resoluciones adoptadas, había una que a Idoia Mendia quizá le haga reflexionar y que venía dada dentro de un programa muy concreto en el que se definía el concepto de Ruptura Democrática, por medio del cual los socialistas españoles entendían una serie de medidas inexcusables para el restablecimiento de la democracia en España. Pues bien, uno de los puntos abogaba por el reconocimiento del derecho de autodeterminación de todas las nacionalidades ibéricas. Y yo me pregunto: bajo el concepto de la señora Mendia, ¿sus antepasados políticos no eran demócratas? En el Estado solo una de cada nueve personas está por la labor de reconocer ese derecho a las nacionalidades para que así se expresen mediante el derecho a decidir, por lo que insisto, ¿el 11% de la población estatal española no es demócrata y el 89% sí lo es? ¿Dónde dan el carné de demócrata, en la calle Ferraz de Madrid, acaso?