EL inusual txupinazo lanzado por la concejala de Fiestas, Itziar Urtasun, tras el acuerdo alcanzado a última hora con Bilboko Konpartsak dio ayer comienzo a la Aste Nagusia de la capital vizcaina, un periodo muy esperado por miles de ciudadanos para disfrutar de un paréntesis más que necesario en el que quien más quien menos se toma un respiro en medio de un duro año de crisis y recortes, a los que los municipios, y en consecuencia los programas festivos, no son ajenos. Un paréntesis donde la diversión, el buen humor, el respeto y la convivencia deben estar por encima de todo. Pero las fiestas, al menos en nuestra tierra, son algo más que una manifestación cultural y de ocio. Han sido y son también la expresión de una sociedad que se organiza en torno a espacios comunes abiertos y participativos. En la fiesta es cierto que cabe casi todo, siempre que prime el respeto a los demás, la igualdad y la convivencia pacífica. Por suerte vivimos tiempos de mucha menor crispación y mayor tranquilidad que en épocas recientes, aunque siempre haya quien intente tensionar y sacar provecho partidista de estas fechas. Los prolegómenos de Aste Nagusia de Bilbao han sido precisamente -y hasta ayer mismo- uno de los últimos coletazos de los tiempos pasados, donde desde un responsable institucional como el delegado del Gobierno español, Carlos Urquijo, y una parte del sector social de la izquierda abertzale han estado a punto de enturbiar el derecho de los ciudadanos a disfrutar de las fiestas con tranquilidad. Es exigible que quienes tienen alguna responsabilidad o capacidad de influencia eviten, también en este periodo festivo, un mayor aumento de la tensión. Hay, también, otros temas que no cambian al margen de coyunturas políticas y económicas y sobre los que siempre hay que estar alerta, como son la necesidad de evitar cualquier tipo de violencia o agresión sexista en unos días en los que no vale todo; la importancia de conductas responsables al volante o la prudencia y respeto a las normativas en los diferentes espectáculos festivos. Como afirma en su pregón el alcalde, Iñaki Azkuna -que por primera vez no estará presente en Aste Nagusia y a quien todos los bilbainos desean una pronta recuperación-, "disfrutemos de la semana más grande y festiva del mundo y cojamos fuerzas para seguir avanzando a partir de septiembre".