Síguenos en redes sociales:

Listas de sustitución

Quisiera hacer algunas puntualizaciones sobre ciertas listas de sustituciones de la Diputación foral de Bizkaia.

En el año 1998, más menos, se creó una lista de sustituciones para mayores de 45 años que, respetando la preferencia de las listas emanadas de las ofertas públicas de empleo, serviría para que los que con edad avanzada nos encontrábamos con dificultades de trabajar, lo hiciéramos esporádicamente. Durante los primeros años, funcionó muy bien y a mí personalmente me sirvió para sentirme otra vez una persona en activo.

Poco a poco aparecieron ciertas anomalías, como, por ejemplo, que se ofreciera trabajar a personas que estaban por detrás en las listas, saltándose a otras sin trabajo. Yo me interesé por estos, digamos, fallos de organización, pero al ver que no obtenía resultado, me conformé con que me llamaran de vez en cuando.

En los últimos años, prácticamente hacía sólo la sustitución de una persona en su periodo de vacaciones estivales en la imprenta foral. Este año, al intentar conocer la fecha de las vacaciones de esa persona, me encuentro con que está de vacaciones y ya tiene una persona sustituyéndole. Después de hablar con el Departamento de Recursos Humanos de la Diputación, he deducido que han eliminado las citadas listas, en las que yo me encontraba. Supongo que los que podíamos quedar en ella estamos por encima de sesenta años ya, por lo que no tendremos oportunidad de encontrar trabajo y no sé cómo no podían haber esperado tres o cuatro años para que desaparecieran las listas solas, sobre todo, teniendo en cuenta que apenas tiraban de ellas.

Normalmente, cuando hay que agradecer algo es fácil saber a quién hacerlo, pero cuando hay que reprochar, nunca sale el responsable, por eso la única forma de desahogarme es denunciándolo públicamente.

Fe de erratas: En la información publicada sobre EITB el pasado domingo, se produjo un error de transcripción en las declaraciones de José Luis Lizundia, miembro del Consejo de Administración del ente en representación de Euskaltzaindia, quien en realidad, ante las críticas a la gestión y la caída de las audiencias, advertía de que "no hay que derribar la casa".