Si me dejasen clonar a un político para ponerlo en todos los cargos, yo tendría que elegir entre dos opciones. La primera coger al alcalde del pueblo de al lado, que haga lo que haga el de tu pueblo, éste siempre lo hace mejor. Y la segunda sería Pedro Zerolo, un tipo que siempre lleva una sonrisa de oreja a oreja. Y puestos a escoger entre incompetentes, ya elegimos uno que irradia felicidad. Este fin de semana, Zerolo nos hace reflexionar sobre las diferentes maneras de gestionar los últimos días de los enfermos terminales. Buen tema.