La segunda vida de Kopilore

La conocida librería Kopilore de Gurutzeta (Barakaldo) cambió de dueño hace dos años, cuando sus fundadores se jubilaron tras casi toda una vida entre libros. Ahora Rodrigo Pacheco está al frente ofreciendo las últimas novedades literarias

Texto: P. Montes

Las oportunidades llegan cuando menos se esperan. Esto es lo que le ocurrió a Rodrigo Pacheco, que tras varios años trabajando en diferentes sectores, nunca imaginó que un día le surgiría la posibilidad de abrir su propio negocio. En este caso, no empezó de cero porque cogió el testigo de una de las librerías más conocidas de Barakaldo, junto al hospital de Cruces, en Gurutzeta. Sin duda, una librería que huele a historia y que ahora Pachecho, junto a su mujer, continúan con el legado que dejaron sus fundadores.

Pachecho confiesa que siempre ha trabajado duro. “He hecho de todo. De limpiador, camarero, en la construcción… Todo lo que se pueda imaginar. Este, el de la librería, es un mundo nuevo para mí que me está encantando”, apostilla. Los inicios han resultado fáciles. La clientela es la de siempre, esa que cuando sale un último libro acude sin demora a adquirirlo, o quienes con el inicio del curso académico necesitan material escolar. Porque en Kopilore la variedad de productos es amplia ya que su objetivo continúa siendo el mismo desde que se puso en marcha: ofrecer siempre el mejor servicio y la mejor calidad. “En este tiempo hemos hecho mejoras en el local, pero estamos siempre al tanto de las últimas novedades para que al barrio no le falte de nada”, explica.

Poner en marcha un proyecto, aunque en este caso la empresa ya existiese, es complicado. Pacheco recuerda los inicios: “Teníamos que hacer el cambio de nombre de la sociedad para que ya fuese mía y saber qué otros pasos teníamos que dar para que estuviese todo en regla. Necesitaba ayuda y acudimos a la consultoría Bultz-lan y fue la mejor decisión que tomamos. Desde el minuto sus asesoras nos explicaron de manera fácil cuál era el procedimiento que teníamos que seguir para hacer todo el cambio, las subvenciones que existen…”, comenta el librero.

Cuando surgen problemas internos o dudas, ahí está Bultz-lan, que siempre que las llamo están para ayudarme”

Una vez realizado el cambio de nombre de la sociedad, Pachecho inició su nueva andadura como emprendedor.“Después de haber trabajado tanto y en diferentes sectores, la verdad es que estoy muy contento con el cambio. He aprendido mucho, pero sobre todo a querer mi profesión de ahora. Cuando surgen problemas internos o dudas, ahí está Bultz-lan, que siempre que las llamo están para ayudarme”, confiesa. Sentirse acompañado le hace sentirse aliviado y con ganas de seguir descubriendo este nuevo mundo entre libros, mochilas… “Hemos notado también que viene mucha gente que no es del barrio a nuestra librería. Eso significa que estamos haciendo bien las cosas y que nuestro nombre está llegando lejos. Ese es nuestro cometido, seguir en pie muchos años y que Kopilore no se apague nunca”, concluye Pacheco.